El deporte, una cuestión de moda

Una estrecha relación Tanto si eres habitual del gimnasio como si tu deporte favorito se practica en el sofá, no dudes de que la influencia de la moda y su relación íntima con el deporte también está en tu armario. Y no solo porque la cuarentena, los confinamientos y la pandemia nos hayan acostumbrado al chándal, sino porque el foco de las pasarelas tiene a los atuendos propios de las diferentes disciplinas como influencia de lo más recurrente. Lo vemos cada año en las propuestas que las marcas de moda suben a desfilar en las semanas de la moda más influyentes y, por consiguiente, en los grandes imperios de la moda de las calles. Boxeo, tenis o incluso los deportes de motor han sido los protagonistas de colecciones de firmas tan destacadas como Tommy Hilfiger, Gucci o Versace. Las zapatillas Si hay un elemento que haya conquistado por completo el mundo de la moda, está claro que ese son las zapatillas. El uso de calzado deportivo hace muchos años que ha abandonado los gimnasios y las pistas para tomar las calles, pero también se ha extendido hasta entornos más formales. Desde la Converse All Star que vuelven cada año hasta las New Balance que arrasan esta primavera en los pies de las más “fashionistas”, son muchas los atelier de alta costura que se han fijado también en ellas. Destacan las apuestas de Chanel en 2014, que subió a sus modelos a la pasarela con zapatillas de diseño o las Triple S de Balenciaga, lanzadas en 2017, y que revolucionaron por completo el mundo de las zapatillas. A estas llamadas “ugly sneakers” le han salido imitadores debajo de todas las piedras y la historia no hace más que continuar con cada modelo que sale de la firma parisina. El chándal Hubo un tiempo en el que salir en chándal a la calle tenía dos connotaciones: o venías de hacer deporte o la comodidad le había ganado la partida en tu armario a la estética. Pero la pandemia, la moda urbana y también la alta costura han dicho que ni una ni la otra, que el chándal es una apuesta tan de tendencia como cualquiera. El llamado “athleisure” en el lenguaje fashion -que no es más que el confort ante todo- es hoy la reina de una partida de ajedrez en la que han movido ficha grandes como Dior. Pantalones, sudaderas y zapatillas deportivas se han subido a la pasarela de la mano de uno de los nombre más contundentes de la moda, que el pasado año le dio el toque de alta costura que le faltaba al chándal para reafirmar su hegemonía. Y no solo es que se lleve, sino que se combina con gabardinas, chaquetas de cuero o incluso con zapatos de vestir para las más atrevidas. El sujetador Lejos quedan también los tiempos en los que los sujetadores deportivos carecían de toda estética y su función era la de frenar el impacto del deporte en los pechos femeninos debajo de las camisetas. Además de ganar en diseño para el entorno deportivo, muchas de las prescriptoras de moda los han añadido a sus looks de calle. Las pistas El escenario también es importante y tal es la influencia del deporte en la moda que incluso las pistas deportivas han servido en ocasiones de pasarelas. Muy sonado fue el desfile de febrero de 2015 de Tommy Hilfiger en el que las modelos paseaban en un campo de fútbol americano. Por supuesto, todos los diseños propuestos se basaban en la estética universitaria que lo rodea, con grandes chaquetas de jugadores y prendas de reminiscencias “college”. Las alianzas ¿Y qué papel juegan en todo esto las marcas puramente deportivas? Pues uno crucial, porque han sido ellas las que han aguantado el pulso y mantenido una estética tan reconocible que ha traspasado las fronteras del gimnasio. Además, han sido muchas las alianzas y colaboraciones entre marcas especializadas y grandes firmas. Stella McCartney y Adidas es una de las relaciones que más influencia ha tenido en este tipo de sinergias y que hace años marcó la senda para colaboraciones que han tenido como protagonistas a Puma con Rihanna o Nike con Givenchy.