La edad le sienta bien a la Feria del vino del Ribeiro. Con 52 ediciones sobre sus espaldas.
Entre la manifestación del 1 de mayo y la comida del día de la Madre, Ribadavia se convirtió en la protagonista del fin de semana. La Feria del Vino del Ribeiro fue un argumento de peso para más de 15.000 personas que se desplazaron desde todos los rincones de Galicia para asistir a la presentación en sociedad de la cosecha de 2014.
A priori la cosa se pintaba un poco frustrante por el pronóstico de los hombres y mujeres del tiempo. Pero la realidad ofreció un resultado mucho más positivo de lo esperado. Ni siquiera en la soleada edición del jubileo, la que conmemoró el número 50 en 2013 superó en concurrencia y actividades la de este año. Miles de personas acudieron desde el mismo viernes y el flujo de visitantes se mantuvo sábado y domingo, animando los stands de las 10 bodegas y los 21 colleiteiros que participaron poniendo los mostradores sus respectivos vinos.
Muchas ventas
Tanto bodegas como colleiteiros destacaron la importancia promocional de esta fiesta alrededor del vino del Ribeiro, en la que a su carácter popular, hay que añadir el interés de un público más motivado que se desplaza desde diferentes puntos de España y Portugal para comprar vino. Algunos expositores pusieron énfasis en esta parte de la feria, pues al cierre de la primera jornada ya habían vendido más vino que en los tres días de la edición anterior.
Y es que, al margen de las referencias que bodegas y colleiteiros tienen en el mercado de alimentación, la feria sirvió también para que un público mucho más numeroso pudiese acceder a vinos que por su reducida producción o su venta restringida a hostelería resulta muy difícil de conseguir.
Talleres de cocina
La parte más lúdica de la feria del Ribeiro la pusieron las actividades. Entre ellas, destacaron, como siempre, los talleres de cocina, que mejoran en cada edición y en ésta además consiguieron un lleno absoluto de público.
Conchi Peiteado, jefa de cocina del restaurante Agarimo de Lalín, Juan Crujeiras, cocinero y copropietario del restaurante de la Estación de Cambre, Gorka Rodríguez, calificado como cocinero del año por el último fórum gastronómico, ofrecieron al público sus técnicas y recetas. Para los más pequeños, Wilmer Alfonso López, dirigió su taller de cocina en la tarde del domingo ante un público menudo, que seguía el desarrollo del mismo con una gran motivación.
El globo aerostático que permitía al público “brindar por todo lo alto con Ribeiro”, no pudo salir al aire el día de la apertura, pero sí a partir de la segunda jornada, ofreciendo una original manera de disfrutar del vino desde las alturas, sobre el castillo de los condes de Ribadavia.
La Feria del Vino de Ribadavia triunfó en el recinto, en las calles de la villa, en sus restaurantes y bares y también en las redes sociales. No solo por los medios que tanto Concello como Consello Regulador tienen en Facebook y otras plataformas, sino también por la actividad que demostró una buena parte del público. Internet fue el otro gran recinto en el que Ribadavia y el Ribeiro se expandieron mundo adelante, con fotografías, tuits y otras acciones con las que centenares de participantes se convirtieron, asimismo en sus mejores divulgadores.
La Feria del Vino del Ribeiro abrió la temporada de las grandes fiestas gastronómicas al mismo tiempo que sirvió para presentar en sociedad una cosecha, la de 2014 que, en opinión de muchos, pasará a la historia como una de las mejores de los últimos tiempos, al menos en lo que al Ribeiro se refiere, pese a que fue algo más corta en cantidad que su predecesora del 2013. Una cosecha que proporcionará al mercado algo más de once millones de litros, de los que alrededor del 6% son de tinto y el 94%, la abrumadora mayoría, de blanco. Además de calidad, el Ribeiro posee como virtud una extraordinaria biodiversidad de vinos, cada uno con su propio carácter. Un carácter que es capaz de seducir a bebedores de cualquier rincón del mundo.
