Patrick Celis, un bronce ourensano con un significado muy especial

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A Patrick Celis todavía le dura la sonrisa. No es para menos. El joven gimnasta alevín del Pavillón Ourense se colgó una medalla de bronce en aro en todo un Campeonato de España a sus 11 años de edad. Y, además, en su casa, delante de sus compañeros, amigos y familiares. Ha conseguido este éxito en el mejor momento, justo cuando la gimnasia rítmica masculina va a más. A más y a mejor. “Estoy muy contento con la medalla y el resultado. Al terminar el aparato pensé en que nunca se tiene que decir ‘no’, siempre hay que pensar que se puede. Porque si no lo crees, te va a salir mal. Al acabar creía que era un ejercicio para recibir una nota alta. Y eso fue lo que pasó. Me alegré un montón”, señala el deportista.

Celis fue quinto en manos libres y en cuerda. La gran alegría llegó en aro, donde se esmeró hasta firmar una tercera plaza en este aparato y ser bronce en la clasificación general. En la final solo una caída con el aro le impidió estar en puestos de podio, terminando en la cuarta plaza en este aparato. Sobresaliente.

Pero todo éxito tiene un principio. El de Patrick empezó hace ya un tiempo. “Empecé a hacer gimnasia cuando tenía siete para ocho años, siempre aquí en el Ximnasia Pavillón, donde con mis compañeros siempre nos apoyamos. Cada vez somos más chicos haciendo gimnasia rítmica. Se nota”, destaca.

Ese ha sido un punto fundamental en este Nacional celebrado en el Pazo. Visibilizar la competición masculina con más de 70 deportistas, una cifra que sigue al alza y a la que ayuda el Ximnasia Pavillón, con sus cuatro componentes dando pasos de gigante en su proyección.

En una competición tan intensa y con tantas miradas de conocidos desde la grada, el competidor se queda con un momento especial de los muchos que ha vivido en las últimas jornadas. “Me quedaría con el momento del podio, de la entrega de los trofeos”.

Y ahora lo que toca, en estas fechas de verano es “descansar” y coger fuerzas para la próxima temporada, que llega antes de lo que uno se puede esperar. Mientras tanto, disfrutar de lo conseguido y que sirva como estímulo para lo que está por conseguir. Patrick Celis fue profeta en su tierra y el bronce que cuelga de su cuello es la mejor prueba de ello. 

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