NUTRICIÓN

No existen dietas "milagro", pero sí muchos timadores

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photo_camera Nutrición y ejercicio, la única solución a la pérdida de peso.

Terminada la Navidad, comienza el arrepentimiento y un impulso, casi esquizofrénico, en intentar “compensar” los excesos gastronómicos con remedios radicales, más parecidos a una purga para caballos.

La cuesta de enero se convierte en una pendiente hacia abajo, cuando pretendemos intervenir  nuestros ya malos hábitos nutricionales, recayendo en dietas peligrosas para nuestra salud, sin ningún fundamento científico y ruinosas para nuestro bolsillo. Embelesados por el pico de oro y las promesas de timadores y embaucadores que -inexplicablemente- no son perseguidos y sancionados por Sanidad.


Víctimas propicias


La semana pasada, el canal ‘Cuatro’ emitió un reportaje de investigación sobre una supuesta marca de productos dietéticos milagrosos para bajar de peso.
 Los distribuidores y vendedores no son Nutricionistas ni Endocrinos, sino “motivadores”. Muy bien. Los productos se ofertan como “naturales” y “sustitutos de comidas”.

Estupendo. Las víctimas -entre la inocencia y la estupidez supina- pagan de media entre 3.000 y 4.000 euros por “tratamiento intensivo”. (No me vengan después con que el gimnasio es caro). Todos terminan más gordos, mas pobres, más tristes y, encima, apaleados por listillos sin escrúpulos. 

Un timo repetido en nuestro país cada comienzo de año, a pesar de vivir en la sociedad de la información, donde el conocimiento está al alcance de un click. Parece que nos encantan las palabras bonitas y vacías en lugar de la insobornable realidad.


Con la salud no se juega


Si usted entrase en un quirófano, ¿dejaría que le operase un colega a través de un tutorial de internet? ¿Y el célebre Maestro africano Ukiwo, guiado por los espíritus del Kilimanjaro? ¿Y la pitonisa Lola?

Seguramente, no. Confiaría en un médico, titulado y profesional, porque usted se juega la salud. Aplique el mismo razonamiento en su alimentación. Déjese de revistas, influencers, dietas mágicas, correos basura, cuñados, colegas, suplementos, etc... 
Diríjase a un profesional y cambie su mentalidad. ¡Ah! Y acompáñelo de ejercicio físico. Serán las dos mejores inversiones de su vida y no se arruinará. 

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