Este jueves comenzó oficialmente la temporada de vendimia en la Denominación de Origen Monterrei. Pazo das Tapias -perteneciente al grupo familiar Pazo do Mar- se adelantó, debido al calor registrado en los últimos meses, 15 días a la fecha prevista de inicio de campaña y espera recoger, a lo largo de las próximas semanas, más de 70.000 kilos de uva -40.000 de Godello y 30.000 de Mencía, unos 10.000 kilos por hectárea-. "Aunque la variedad Godello es temprana, por estas fechas nunca estábamos aquí vendimiando", asegura Manuel Méndez, gerente de la bodega.
La bodega de Pazos completará la producción propia -unas 22 hectáreas entre viñedo en propiedad y alquilado- con la de 10 viticultores seleccionados. "Buscamos proveedores de un cierto volumen y que sean profesionales. Con ellos esperamos llegar a los 800.000 kilos de uva, 600.000 de variedad Godello y el restante, Mencía", afirma Méndez, quien precisa que las firmas que comercializa son Alma de Blanco y Alma de Tinto. Alma de autor se elabora con viñedo viejo.
El gerente de Pazo das Tapias aseguró que las previsiones rondan un incremento del 15% con respecto a la cosecha de la pasada campaña -en total, la Denominación de Origen Monterrei augura una recogida similar a la del 2020, con 5,6 millones de kilos de uva-.
La presidenta del Consello Regulador, Lara Da Silva, visitó los primeros trabajos de esta bodega. "La única vez que abrimos campaña tan temprano fue en 2017, el 26 de agosto. Suponemos que en esto influye el cambio climático", afirma Da Silva. "Empezaremos por las variedades blancas, que son las más tempranas en maduración, esto es Godello y Dona Branca", añade.
El grueso de la vendimia se acometerá, según datos de la presidenta del Consello Regulador, durante la segunda semana de septiembre. "Estamos hablando de cifras muy similares a las del año pasado", precisó la responsable de la Denominación. Actualmente, este organismo cuenta con 27 bodegas inscritas y 380 viticultores. "Hemos aumentado nuestro territorio de producción. Estamos hablando de 630 hectáreas", explica Da Silva.
La cuadrilla que este jueves comenzó a trabajar en Pazos está conformada por 20 trabajadores, cuya jornada laboral se extiende durante ocho horas diarias. Algunos trabajan el resto del año en la bodega y otros estacionalmente. "Vemos que hay falta de relevo generacional. Cuesta encontrar gente joven para trabajar en el campo", asegura Manuel Méndez.
Una campaña marcada por el covid y la falta de relevo generacional
Debido a la pandemia del covid, todos los trabajadores de la bodega Pazo das Tapias tendrán que usar mascarilla y guardar la correspondiente separación entre compañeros, una circunstancia a la que hubo que adaptarse a partir de este jueves. "La diferencia es que antes vendimiaban dos personas en cada línea, pero ahora hay que mantener las distancias. Se pueden recoger del orden de 800 kilos de uva por persona y día", dice José Adegas, encargado y supervisor de los trabajos en Pazos.
El responsable del grupo de trabajadores aseguró ayer que la vendimia es un trabajo "duro y cansado", motivo por el cual no es fácil encontrar peones. "Los jóvenes no quieren vendimiar. Nosotros tenemos trabajadores de entre 30 y 50 años. Tenemos suerte porque es una cuadrilla que viene todos los años y saben cómo se hacen las cosas. Algunos vienen de Portugal y otros son de aquí", precisa el capataz.
