Otro incendio, iniciado al mismo tiempo, calcinó en Laza un pinar, propagándose a una zona quemada hace dos años entre Soutelo y Castro

El fuego cerca en Verín una capilla y llega a las puertas de Cabreiroá

Un helicóptero arroja agua sobre las llamas. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Las llamas llegaron ayer hasta las mismas puertas del balneario de Cabreiroá, después de calcinar más de 35 hectáreas, según Medio Rural, de pinos, alisos, alcornoques, mimosas, viñedo, productos de huerta, frutales y monte raso, prácticamente en el casco urbano de Verín, aunque sin llegar a afectar, según el alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, a ninguna vivienda. 'Amenazaban a una granja de caballos, pero el dueño pudo sacar los animales', explicó el regidor.
El fuego comenzó sobre las dos de la tarde en varios puntos diferentes cuando los efectivos de extinción emprendían camino hacia Soutelo Verde y Castro (Laza) a sofocar otro incendio, que se había declarado minutos antes.

Varias brigadas tuvieron que dar la vuelta, obligando a Medio Rural a movilizar efectivos de otras comarcas, máxime cuando el fuego amenazaba con cortar la autovía Rías Baixas, a la altura del enlace con el pueblo de Ábedes. Al final, la A-52 no tuvo que ser cerrada, pero operarios de la empresa de mantenimiento de la vía recomendaban a los conductores circular con precaución dada la densa humareda.

Las llamas llegaron hasta la misma capilla de San Antón, donde se concentraron numerosos vecinos dispuestos a colaborar en las labores de extinción y, así, evitar que ardiera el templo.

Mientras, el grupo de gobierno concentraba cuatro coches motobomba en los alrededores de Cabreiroá para impedir que el fuego se propagase al antiguo hotel y por los espacios ajardinados del manantial. 'Esto es una locura y seguro que de ahora en adelante tendremos más historias como esta', lamentaba el regidor, recordando el fuego registrado el pasado día 28 en el barrio de San Lázaro.

El fuego cubrió de humo la mayor parte del casco urbano y obligó a numerosos vecinos de Ábedes y Camiño de Cabreiroá a regar los alrededores de sus viviendas y espacios ajardinados ante el temor de que ser alcanzados por las llamas.

El incendio quedó sofocado pasadas las nueve de la noche, tras la intervención, según Medio Rural, de ocho brigadas forestales, siete coches motobombas, cuatro helicópteros, un hidroavión y tres aviones de carga.

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