La escritora acaba de publicar "Días tan luminosos"
Milagros Ojea nació un mes de enero de 1974 en Verín. A los tres años sus padres se trasladaron hasta el País Vasco por motivos laborales. Allí creció y vive, aunque todos los veranos viene a pasar unos días de descanso a la casa que tienen sus padres en Laza. Acaba de publicar el primero de sus libros, titulado Días tan luminosos (que nos dejaron ciegos) y antes había firmado un par de relatos, "Leyla que estás en los cielos" y "La mujer llena".
Formada en márketing y dirección comercial, experta en control de calidad. ¿Muy pocos sospecharían de esta otra faceta?
Muy pocos de los que no me conocen. Los que sí lo hacen saben de mi pasión por la escritura desde muy pequeña. En mis estudios de EGB ya destacaba por esta habilidad. De hecho algunos de mis profesores ya guardaban textos míos porque decían que algún día daría la campanada.
Una campanada que al menos empieza a oírse.
Ha costado, no sólo por el tiempo que tardé en rematar este libro, 13 años, sino por las dificultades para editarlo. Existen muchas barreras. Visité agencias y editoriales y todas me respondían, que no entraba en su línea. Pero yo tenía muy claro que era un sueño que quería cumplir y no descansé hasta lograrlo. La primera edición de este libro fue una autoedición. Luego, tuve la fortuna de conocer a Ezequiel Teodoro, que estaba poniendo en marcha su editorial, le gustó mi libro y se lanzó. Él sabe lo que cuesta porque también ha empezado como yo.
Hablemos de su libro.
Lucía y Mario son los protagonistas. Ella es directora creativa y él regenta un local de jazz en el San Sebastián de finales de los 90. Surge un flechazo entre ambos, pero también el socio de Mario acabará enamorándose de Lucía, quien se debate entre los dos hasta que el segundo anuncia su compromiso con otra chica.
¿Tiene algo de autobiográfico?
Sí y no, realmente la historia surgió un poco de la nada. Empecé a escribirla y luego mi vida la fue maquillando hasta el punto de que sí hay mucho de mí en esta historia.
Supongo además que su experiencia editorial no terminará aquí.
En absoluto. Escribí este libro por puro placer, porque disfruto al poder dedicarme a algo que me gusta. Por supuesto que habrá más.
