APROPIACIÓN INDEBIDA

Se quedó con 120.000 euros de varios clientes de una sucursal de Monterrei por "deudas contraídas"

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photo_camera A. S. V. confeso de la apropiación de los 121.455 euros, sentado en el banquillo de los acusados en los juzgados de Ourense.

A. S. V., trabajador del Banco Santander, justifica el hurto de 121.455 euros porque "estaba pasándolo mal por deudas contraídas", así como por otros asuntos relacionados con el consumo de "alcohol y drogas"

Alexander Suárez Valladares (43 años) entonó ayer el mea culpa en la primera sesión del juicio celebrado en la Audiencia provincial de Ourense. Reconoce que se apropió de 121.455 euros de la entidad en la que trabajaba como agente colaborador en una oficina del Santander en la localidad de Vilaza (Monterrei). De hecho, acudió a la Guardia Civil el día 11 de septiembre de 2014 para confesar sin que hasta ese momento se hubiera abierto contra él un procedimiento penal.

No obtante, el inculpado no acepta la pena que pide la fiscal -hasta ocho años de prisión- porque pretende hacer valer varias atenuantes. Según declaró ayer, tenía problemas con el alcohol y las drogas. Y, tal como declaró, tenía presión para lograr objetivos, promover la celebración de contratos entre particulares y el Santander.

La defensa plantea una condena de un año de prisión , seis meses multa a razón de tres euros diarios y una indemnización de 121.455 euros. La fiscal y la acusación particular que ejerce el banco elevan la petición a ocho años de cárcel, tres por apropiación indebida y otros cinco por un delito continuado de falsificación en concurso medial con el de estafa.

Suárez Valladares trabajó como agente colaborador entre marzo de 2010 y julio de 2014. Las acusaciones sostiene que se aprovechó de la confianza generada entre sus clientes para quedarse con 47.820 euros correspondientes al efectivo que le entregaron tres clientes para ingresar ese dinero en sus respectivas cuentas  Asimismo, sustrajo 82.935 euros de las cuentas de otros 13 clientes mediante la simulación de la firma de los mismos en los documentos de reintegro.

Entre los perjudicados, todos ellos son particulares a excepción de la asociación de vecinos Flariz. Entre los damnificados, figura R.M.G., quien sufrió un quebranto económico de 31.300 euros a través de una única retirada en efectivo simulando su firma y cinco entregas del particular que no ingresó en su cuenta. Asimismo, figura otro perjudicado con 17.520 euros que sufría deterioro cognitivo. 

Una pena que dependerá de las atenuantes

La fiscal introduce en su petición de pena la atenuante de confesión, pero también introduce una agravante, el abuso de confianza con el que el agente acusado engañó a los clientes. Por su p arte, la defensa también hace valer los problemas con las drogas y el alcohol del inculpado.

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