EEUU

De feroces competidores a grandes amigos

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photo_camera Imagen de archivo datada el 19 de noviembre del 2012 del presidente estadounidense Barack Obama y la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton en Rangún, Birmania. (LYNN BO BO)

Clinton tiene ya de su lado el apoyo y la popularidad del presidente de EEUU, Barack Obama, para reforzar su campaña electoral.

En 2008 fueron "feroces competidores" y ahora son "grandes amigos", en palabras de la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, que tiene ya de su lado el apoyo y la popularidad del presidente de EEUU, Barack Obama, para reforzar su campaña electoral.

Hace casi ocho años, el 7 de junio de 2008, la entonces senadora Clinton decía adiós a una larga contienda en la que partió como favorita para lograr la candidatura demócrata y fue sorprendida, como casi todos, por un fenómeno llamado Barack Obama.

"Trabajaré con todo mi corazón para asegurar que Barack Obama sea nuestro próximo presidente", prometió ese día Clinton ante unas 2.000 personas en el National Building Museum de Washington.

Atrás quedaba una dura campaña, una feroz competición entre ambos, con duros ataques de Clinton a la inexperiencia de Obama, sobre todo en política exterior, ante los que el entonces senador respondió cuestionando el apoyo de su rival a la guerra de Irak.

Fue en la Convención Demócrata de agosto de 2008 en la ciudad de Denver cuando los Clinton, Hillary y su esposo Bil, el expresidente, enterraron definitivamente el hacha de guerra y tendieron la mano a Obama.

En diciembre de 2008, ya como presidente electo de EEUU, Obama designó a Clinton como su secretaria de Estado y entonces se refirió a ella como una "gran amiga" con la que, según dijo, compartía la opinión de mantener la seguridad nacional mediante una combinación de poderío militar y capacidad diplomática.

"Será una secretaria de Estado sobresaliente. Si yo no lo creyera, no le habría ofrecido el puesto, y si ella no creyera que tengo las cualidades necesarias para ser presidente, no lo habría aceptado", argumentó entonces Obama.

Clinton fue la jefa de la diplomacia estadounidense hasta comienzos de 2013 y pasarán a la historia imágenes como la de ella, con la mano en la boca y cara de preocupación, junto a Obama en lasala de crisis de la Casa Blanca mientras recibían información de la operación en la que soldados de EEUU mataron a Osama Bin Laden en Pakistán en mayo de 2011.

"Estoy con ella", ha dicho esta semana Obama en un vídeo con el que ha anunciado oficialmente su respaldo a la candidatura presidencial de Clinton.

En ese vídeo, Obama no escatima elogios hacia la primera mujer con opciones reales de convertirse en la primera presidenta de la historia de EEUU y comenta que, a su juicio, no ha habido nunca "alguien tan cualificado" como ella para ocupar el cargo de mayor responsabilidad del país.

"Sé lo difícil que puede ser este trabajo, es por eso que sé que Hillary será tan buena", subraya Obama, para quien la ex primera dama posee "el coraje, la compasión y el corazón" para ejercer la Presidencia.

Ya en abril de 2015, un día antes de que Clinton presentara formalmente su segunda campaña a la Presidencia, Obama dejó clara su opinión.

"Ella fue una candidata formidable en 2008, un gran apoyo para mí en las elecciones, una espectacular secretaria de Estado y es mi amiga. Creo que sería una excelente presidenta", comentó entonces desde Panamá, donde asistió a la VII Cumbre de las Américas.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, Obama "está deseando" volver a hacer campaña. Se estrenará el próximo miércoles, junto a Clinton, con un mitin en Green Bay, en el estado de Wisconsin.

En contraste con la histórica impopularidad que persigue sondeo tras sondeo a Clinton y a su casi seguro rival republicano en las elecciones de noviembre, Donald Trump, la aprobación de Obama roza actualmente el 50 % y está en los mejores niveles de su segundo mandato.

De acuerdo con los datos de la empresa Gallup, donde más ha crecido la popularidad de Obama desde mayo es entre los hispanos, las mujeres, los menores de 30 años y aquellos que, en cuanto a ideología política, se identifican como independientes.

La debilidad de Clinton entre los independientes y los jóvenes ha quedado patente durante la larga contienda por la candidatura frente al senador Bernie Sanders, por lo que una de las principales tareas de Obama en la campaña será convencer a esos votantes de que no hay mejor inquilino para la Casa Blanca que su "gran amiga".

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