El castigo de ser farola en un parque público

En los parques públicos se dan multitud de 'intereses creados' y, debido a ellos, siempre hay una víctima propicia. Y no es casualidad que en todos los lugares ocurra que el enemigo a batir sea siempre el mismo, la pobre farola. Quizás le toque iluminar momentos de nuestra vida que quisiéramos mantener más entre tinieblas y por eso nos ensañamos con ellas, como esta de Pérez Serantes que demanda su reemplazo.
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