Estafa editorial

lectopr

¡Que unos libros texto y poco más cuesten este escándalo! Me parece increíble. Aunque está bien que el Estado no debe pagarlos, sí debería al menos no dejar a las editoriales que estafen en las herramientas necesarias para ¡niños de 7 años! Antes se decía que la educación con sangre entra... ahora a quienes sangran es a los padres. De vergüenza.
 

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