Mientras el señor alcalde piensa en escaleras mecánicas y en rascacielos, los vecinos de la calle Remedios tienen que aguantar día sí y día también cómo las aceras y la calzada de la calle se levantan y siguen sin arreglo por mucho que protestemos. El día que nuestros vehículos vayan a revisión le pasaremos la factura al Concello de Ourense. Además del peligro que supone para cualquier persona que cruce por allí. Y así todo el tramo y sin que se haga nada. Eso sí, después que venga a pedir votos. ¡Vergüenza!
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