La agrupación atiende a 190 familias e hizo 800 entregas, en alimentos o dinero, en lo que va de año
Los voluntarios de Cáritas y la sociedad de San Vicente de Paúl de Carballiño mantienen abierta todos los viernes la Caja de ayuda de la parroquia, ubicada en la planta baja de la casa parroquial. Allí se almacena todo tipo de alimentos, además de ropa y otros donativos que reciben, y que se distribuyen entre las 11,30 y las 13,00 horas entre las familias de la comarca con dificultades económicas. En estos momentos, atienden a un total de 190 familias a las que entregan alimentos una vez al mes a cada una de ellas, además de abonar el alquiler de viviendas, la electricidad, agua, gas y medicamentos, siempre que lo necesiten, siendo estas las demandas más habituales. Además, otras 48 familias también reciben alimentos procedentes de la Comunidad Económica Europea.
El presidente de la agrupación, Juan Estévez, hace un llamamiento "a todos aquellos que lo necesiten, que no lleguen a situaciones extremas, porque aquí podemos ayudarles". Estévez, capitán jubilado de la Guardia Civil, matiza que "cualquier persona que solicite ayuda se la damos en el mismo momento, sin pedir nada, después lo remitimos a Servicios Sociales del Ayuntamiento, que emite un informe para saber si continuamos con la asistencia".
En lo que va de año, se han hecho un total de 800 entregas de diferentes artículos o de dinero en metálico. No existe un perfil concreto de los demandantes, ya que hay personas que viven solas, familias con hijos en el paro, otros que tienen una pensión mínima y también inmigrantes, que suponen en torno a un 40%.
El párroco de Carballiño, José Benito Sieiro, destacaba la labor de los voluntarios, en torno a 12, que hacen posible esta labor social, y también la generosidad de los carballiñeses, "saben que la colecta de la iglesia del primer domingo de cada mes es para Cáritas y son muy generosos".
Su presupuesto anual es de 15.600 euros
Además de los donativos que recoge la iglesia el primer domingo de mes, y los que proceden de particulares, también cuentan con la colaboración de varias cadenas de alimentación y con el convenio con una farmacia para la adquisición de los medicamentos. Así, durante el pasado año, Cáritas gestionó un presupuesto de 15.652 euros, de los que destaca un gasto de 1.162 euros, sólo para pagar recibos de electricidad. El párroco, José Benito Sieiro, apuntaba que no todos los beneficiarios son siempre los mismos, porque "hai familias que cando atopan traballo veñen a dar as gracias e deixan de recibir as axudas". Cáritas también mantiene una estrecha relación y contacto con la agrupación local de Cruz Roja y en ambos casos siguen las indicaciones de los Servicios Sociales para repartirse o colaborar en la asistencia.
