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Indignación en Maside por el atentado contra su iglesia

Una de las pintadas en la fachada.
photo_camera Una de las pintadas en la fachada.

Los vecinos y autoridades se inclinan a pensar que los autores de las pintadas no son del municipio

La Guardia Civil y la Policía Autonómica investigan el atentado contra el patrimonio que tuvo lugar entre la noche del pasado sábado y la madrugada del domingo en la iglesia de Maside. Numerosas pintadas alusivas a la república, símbolos de izquierdas y frases contra los católicos y la religión cubren una gran parte de las paredes exteriores de este edificio del siglo XIX, del arquitecto Daniel Vázquez Gulías. 

La sorpresa del primer momento, cuando los feligreses vieron el estado en el que estaba su iglesia en la mañana del pasado domingo cuando acudían a la misa de Ramos, ha dado paso a la indignación generalizada entre los vecinos y autoridades locales, y también al dolor y tristeza por el grave daño ocasionado a su patrimonio.mg_9814_result

La existencia en la entrada de la iglesia de una placa que recuerda a los caídos de la falange durante la guerra civil induce a algunos a pensar que pudo ser uno de los detonantes, aunque el párroco, Emilio Gil, considera que se trata de un acto de vandalismo "de odio hacia la iglesia", añadiendo que "nunca hubo ninguna manifestación para retirar la placa, porque no habría ningún problema en hacerlo".

En la misma línea declaraba el arquitecto municipal, Óscar Gónfer, quien señalaba que, pese a que las pintadas se hicieron coincidiendo con la celebración del Día de la República, "está ahí desde que acabó la guerra y es la primera vez que pintan, aunque pienso que su existencia no ayuda en nada, si bien en los mensajes no se hace ninguna alusión a la placa". El arquitecto señaló que la limpieza sin dañar el patrimonio será costosa, calculando entre los 3.500 y 4.500 euros.

Nadie se explica quién pudo ser el autor o autores del atentado, porque "que sepamos aquí no hay ningún grupo de radicales", puntualizaba el párroco. El propio alcalde, José Manuel Iglesias, señalaba que "somos en torno a 3.000 habitantes y aquí nos conocemos todos, no vemos que nadie pueda hacer algo así, por lo que nos inclinamos a pensar que son de fuera y es duro que vengan extraños a dañar nuestra iglesia, nuestro patrimonio".

Maximino Rodríguez es el sacristán de la parroquia y fue uno de los que se llevó la desagradable sorpresa en la mañana del domingo. "Estamos muy indignados pero también tristes", matizaba.

Desde el Obispado lamentaban el dolor causado a los feligreses y los daños materiales, y declaraban que ahora deberá intervenir Patrimonio para llevar a cabo la limpieza sin dañar este importante bien arquitectónico. 

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