El Entroido de Verán regresó ayer a Carballiño con mucha fuerza y ganas de disfrutar, después de dos años de parón debido a la pandemia, cuyas restricciones sanitarias también obligaban a las autoridades municipales a suspender, el pasado mes de febrero, las actividades programadas para el Carnaval de invierno.
Por este motivo, había cierta expectación entre vecinos y visitantes para asistir al “gran desfile” de comparsas y carrozas, organizado por la Concejalía e Cultura y que dio comienzo a última hora de la tarde, si bien la afluencia de público no fue la esperada debido las altas temperaturas -más de 30 grados- que invitaban más a acudir a la playa o a una piscina.
Un calor que soportaron estoicamente los integrantes de los 12 grupos que participaron en el recorrido por el casco urbano de la villa, desde la plaza de A Veracruz hasta la Plaza Mayor, pasando polas calles Curros Enríquez, Rodríguez Soto, Buenos Aires y Mosquera, un itinerario más corto que en anteriores ediciones.
A la cita acudieron comparsas tradicionales de la comarca como Os Arrieiros de Dacón, Os Nevadiños de San Amaro, Os Silleiros de Maside, la Asociación Entroula, Anpa da Uceira y Partovia, que desfilaron junto con las siempre ingeniosas carrozas de Parada deAmoeiro y los espectaculares Solfamidas de Campo Lameiro.
La reina Isabel II de Inglaterra en moto y con escolta; espantapájaros, marineros, viticultores con una enorme cuba y una representación de las estaciones del año, fueron, entre otros, los llamativos motivos argumentales de las comparsas.
Además, las charangas CLK, Castro Bello y Doctor Anchoa fueron las encargadas del acompañamiento musical y de prolongar hasta la madrugada el ambiente festivo en la villa.