La Guardia Civil mantiene abierta todas las hipótesis incluida la de que los destrozos fueran intencionados
El alpendre de madera y columnas de piedra que da acceso al interior de la capilla de San Miguel, situada en el monte con el mismo nombre en la parroquia de Arnoia, capitalidad municipal, fue derribado tras varios golpes. También presentan daños las paredes del pequeño templo, que cada 8 de mayo acoge a numerosos fieles para presentar en romería sus ofrendas al patrón.
Los destrozos, que se registraron entre el 15 y el 25 de este mes, fueron denunciados por el párroco, Julio Rodríguez López, ante la Guardia Civil, que mantiene una investigación abierta con el objetivo de identificar a los autores que ocasionaron los desperfectos.
El sacerdote, según recoge la denuncia, sospecha que los daños pudieron haber sido ocasionados por el conductor de un camión a la hora de maniobrar con el vehículo para cargar la madera de la tala de árboles que una empresa está realizando en la zona.
La Guardia Civil inspeccionó el terreno y en la actualidad mantiene abierta todas las hipótesis, incluida la de que los destrozos pudieron ser ocasionados de forma intencionada. Argumentan que junto a la capilla hay una gran explanada, en la que hay espacio suficiente para maniobrar con un coche de gran tonelaje sin necesidad de impactar contra la ermita.
Los agentes están llevando a cabo las pesquisas con total mutismo en colaboración con el religioso. En los últimos días, según pudo saber este periódico, recabaron información entre los trabajadores que están realizando la tala y los vecinos más cercanos al lugar por si su testimonio puede arrojar luz en la identificación del autor.
