Más de 400 personas piden al Concello un homenaje para el popular y querido personaje, ya fallecido

Ribadavia recuerda a Javier de Quins

 Javier de Quins, sonriente, en las calles de Ribadavia. (Foto: Archivo)
Una curiosa iniciativa ciudadana está tomando forma en Ribadavia: la petición oficial de que el Concello de esta villa realice un homenaje al que sin duda fue su personaje más conocido y entrañable. Javier de Quins, ‘o das cabinas’, fue durante toda su vida un incondicional de las calles ribadavienses, donde se dedicaba a charlar con la gente y a pedir monedas con las que costearse el tabaco y las visitas a los bares. Un año después de su muerte, sus convecinos le quieren rendir homenaje mediante una placa.
Hablar de Javier de Quins, ‘o das cabinas’, en Ribadavia, fue hasta el 26 de noviembre de 2008 hablar de uno de los personajes más conocidos de la villa. Para prácticamente ningún vecino de la capital de O Ribeiro y de la totalidad de la comarca pasaba desapercibido aquel hombre menudo, hablador, fumador compulsivo y aficionado a dar conversación en cualquier bar de la calle Progreso de Ribadavia.

Más de un año después de su muerte, 400 vecinos y visitantes de la villa han iniciado una intensa campaña a través de internet para lograr un homenaje del Concello ribadaviense para Javier de Quins, ‘o das cabinas’, apodos que le venían dados por su domicilio (vivía en esa localidad de Melón, pero pasaba todo el día en las calles de Ribadavia) y por su afición a contactar con la Casa Blanca y el Pentágono vía telefónica. Lo hacía sobre todo cuando durante su labor diaria (pedir monedas ‘prestadas’) no obtenía el favor de quienes pasaban a su lado, por lo que solicitaba de este modo al ejército estadounidense un bombardeo rápido y efectivo para eliminar aquellas afrentas. Bien es cierto que con la llegada de la telefonía móvil su afición a las cabinas fue decayendo, aunque nunca la dejó del todo apartada.

Fichados


Muy conocido en los bares, los hosteleros de la villa solían despacharle la cerveza que solicitaba, pero sin alcohol. Si él era conocido por todos, bien es cierto que Javier de Quins también tenía ‘fichados’ a cuantos caminaban por las ruas ribadavienses, y los catalogaba con una curiosa y práctica fórmula: el número de monedas que le daban. ‘Aquel que vai por alí dame sempre un euro’, solía decir, del mismo modo que difícilmente perdonaba un desplante, al que solía responder con ensordecedores gritos.

Ahora, más de 400 personas que mantienen en el recuerdo a aquel menudo personaje, aficionado a descansar sentado en los portales tras recorrer una y otra vez las calles, han solicitado al Concello de Ribadavia un homenaje para Javier de Quins. Tras una reunión con el concejal de Cultura, Anxo Collarte, éste les propuso realizar un sondeo entre la población de la villa para decidir qué tipo de acto se realizará, siempre dentro de las posibilidades del propio Concello. Una placa con su nombre junto a una de sus adoradas cabinas o un busto que lo recuerde son las opciones que cobran más fuerza para ser materializadas durante este año recién iniciado.

Un emigrante le regaló 7.600 euros en el año 2003


Javier de Quins pedía dinero, pero no era un indigente. Tenía su domicilio en aquella localidad de Melón, y comía cada día con unos familiares en Ribadavia tras viajar en autobús. Pero la calle era su vida.

Se convirtió en famoso en el año 2003 cuando un emigrante en Venezuela enemistado con su familia decidió regalarle 7.600 euros procedentes de una herencia. Desde entonces, a su pequeña pensión por su incapacidad mental se le sumó aquel dinero, que iba retirando del banco a razón de seis euros diarios después de que así lo decidiese un albacea.

Del mismo modo que pedía monedas con insistencia, él era tenaz para invitar al café a cuantos conocidos viese en el primer bar tras cobrar sus asignación diaria. Si tenía, daba. Si no tenía, pedía. Era su filosofía, conocida por todos, por lo que nadie solía aceptar sus convites: ‘Si me invitas agora, despois che teño que dar cartos para o autobús’, solían decirle.

Anxo Collarte, concejal de Cultura, ve positiva la iniciativa de recordar a este personaje, ‘quizáis máis sincero e con maior corazón que moitos dos que todavía andan por aquí’, por lo que confía en que los promotores decidan de qué modo homenajearlo.

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