La rehabilitación llevada a cabo en los últimos años, especialmente en el casco histórico de la ciudad, ha disminuido el número de edificios que se encuentran en un avanzado estado de deterioro.
Aunque algunos informes municipales señalaban que alrededor de medio centenar de edificios de la zona antigua ourensana corrían riesgo de ruina, el departamento de Urbanismo tiene en la actualidad sólo 15 expedientes de ruina técnica en marcha.
No obstante, estos procedimientos administrativos se refieren principalmente al casco urbano y la mayoría, al casco vello. Aun así, se están estudiando casos en otros lugares de la ciudad, como As Camelias y en la calle Serra Martiñá. Sin embargo, las cifras posiblemente serían más elevadas si se ampliase el área de control municipal. Fuentes de Urbanismo aseguran que 'en las zonas rurales del municipio hay núcleos deshabitados en los que probablemente haya muchos inmuebles en ruina pero hasta el momento no nos hemos metido en esas zonas'.
Los inmuebles declarados en ruina técnica son aquellos que presentan un agotamiento generalizado de los elementos estructurales o fundamentales (vigas, pilares, etcétera). Por lo tanto, no pueden estar habitados ni utilizados para ninguna actividad comercial. La ruina económica se refiere a que el coste de conservación es superior al 50% del valor del edificio.
Un registro de solares controla el abandono
Al margen de la tramitación de estos expedientes, el Concello tiene en marcha una normativa, desde 2008, con la que pretende regular la situación de los solares sin edificar o bien en los edificios ruinosos abandonados. A través de esta ordenanza municipal, el Concello inscribe estos inmuebles en un registro, instando así a los propietarios a edificar en un plazo máximo de dos años, transcurrido el cual el Concello puede realizar la expropiación o rehabilitación forzosa. No obstante, los dueños de estos inmuebles pueden presentar alegaciones. La finalidad de este registro es la de, por un lado, evitar la especulación del suelo y, por otro, promover la rehabilitación.
No obstante, estos procedimientos administrativos se refieren principalmente al casco urbano y la mayoría, al casco vello. Aun así, se están estudiando casos en otros lugares de la ciudad, como As Camelias y en la calle Serra Martiñá. Sin embargo, las cifras posiblemente serían más elevadas si se ampliase el área de control municipal. Fuentes de Urbanismo aseguran que 'en las zonas rurales del municipio hay núcleos deshabitados en los que probablemente haya muchos inmuebles en ruina pero hasta el momento no nos hemos metido en esas zonas'.
Los inmuebles declarados en ruina técnica son aquellos que presentan un agotamiento generalizado de los elementos estructurales o fundamentales (vigas, pilares, etcétera). Por lo tanto, no pueden estar habitados ni utilizados para ninguna actividad comercial. La ruina económica se refiere a que el coste de conservación es superior al 50% del valor del edificio.
Un registro de solares controla el abandono
Al margen de la tramitación de estos expedientes, el Concello tiene en marcha una normativa, desde 2008, con la que pretende regular la situación de los solares sin edificar o bien en los edificios ruinosos abandonados. A través de esta ordenanza municipal, el Concello inscribe estos inmuebles en un registro, instando así a los propietarios a edificar en un plazo máximo de dos años, transcurrido el cual el Concello puede realizar la expropiación o rehabilitación forzosa. No obstante, los dueños de estos inmuebles pueden presentar alegaciones. La finalidad de este registro es la de, por un lado, evitar la especulación del suelo y, por otro, promover la rehabilitación.
