Ourense sigue con la A-76 en el papel y la N-120 obsoleta

Un carril de la carretera N-120 reasfaltado en la zona de Ferreira de Pantón.
photo_camera Un carril de la carretera N-120 reasfaltado en la zona de Ferreira de Pantón.

La vieja carretera nacional N-120, una de las más peligrosas de España, encadena problemas a falta de la creación de la solución definitiva, la autovía A-76, casi veinte años después

  • Editorial: N-120: la histórica injusticia con Valdeorras

En 2005, el Ministerio de Fomento licitó el estudio informativo de la autovía A-76 entre Ourense y Ponferrada, un documento que pretendía iniciar el proceso de jubilación de una de las carreteras más peligrosas de España, la N-120. El paso del tiempo va camino de sumar 18 años desde entonces, pero en su trazado teórico no hay ni una sola obra. La marca de las dos décadas se acerca, pero la autovía sigue siendo un mero dibujo en el cajón del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma).

La N-120 ha sido, desde la inauguración de su nuevo trazado, una carretera peligrosa con puntos negros letales. Por ejemplo, el tramo entre Ferreira de Pantón (Lugo) y Os Peares, calificado por el Real Automóvil Club de España (RACE) como el segundo más peligroso de España en 2016. La accidentalidad de este tramo solo se vio cortada después de que Fomento pintara una doble línea continua al año siguiente, impidiendo adelantar desde el alto da Guítara hasta la entrada de Ourense.

Para Valdeorras la infraestructura es vital. Es la tercera comarca más poblada de la provincia (unos 25.000 habitantes) y la segunda en aportación al PIB ourensano debido al peso de su industria pizarrera, entregando casi el 10%, solo por detrás del área metropolitana. También es vital para Monforte, para la que esta carretera es la salida natural hacia la Meseta. Y para Ourense, porque a través de ella se puede acceder a un eje que comienza en Ponferrada, sigue por León y continúa por el norte de la Meseta hasta Logroño. Prueba de ello es que el tráfico que se registra de media en Monforte, punto intermedio entre la ciudad y Valdeorras, asciende a casi 250.000 vehículos mensuales.

No obstante, la atención que recibe este corredor por parte de las administraciones es poca. Desde la incorporación del tercer carril en 2004 hasta Monforte, la única obra de envergadura prevista en la N-120 es una idéntica, entre Os Peares y Ourense, cuyo proyecto de trazado ha sido aprobado preliminarmente. El resto de las intervenciones han consistido en tímidos reasfaltados, parcheos y reconstrucciones de desprendimientos; así como la extensión de firme adherente por lo menos en tres ocasiones en las curvas de Abrence (A Pobra do Brollón), escenario habitual de accidentes bajo la lluvia.

La A-76, en el papel

Mientras tanto y casi dos décadas después, la A-76 aún vive en el papel. En 2021, el aquel entonces ministro José Luis Ábalos anunció que se priorizarían los tres tramos entre El Bierzo, comarca con la que Valdeorras guarda una estrecha relación, y O Barco. El pasado mes de noviembre, el Mitma aseguró que el primer tramo, íntegramente berciano entre Villamartín de la Abadía y Requejo, saldría a información pública durante este año con la idea de licitarlo antes de 2024.

Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 contemplan una partida de un millón de euros para este primer tramo, así como medio millón para el tramo entre Requejo y A Veiga de Cascallá. A mayores, las cuentas estatales fijan una consignación total para el primer tramo de 75,4 millones de euros, de los que 49 se deberían invertir entre 2023 y 2026.

Del resto de la futura autovía, que debería seguir aproximadamente el de la carretera nacional, apenas se sabe nada más allá del estudio informativo. Solamente que el proyecto de trazado del tramo que circunvalará Monforte se encuentra en redacción desde 2018. Todo apunta a que, al menos en el corto y medio plazo, viajar entre Ourense y Valdeorras seguirá conllevando sufrir la N-120.

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