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Tras el abril más húmedo del siglo, mayo se quedó sin agua

Dos personas toman el sol en la ribera del Miño, el pasado día 30 (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Dos personas toman el sol en la ribera del Miño, el pasado día 30 (XESÚS FARIÑAS).

El mes pasado –el tercero más seco de siempre– estuvo a punto de batir el récord de temperatura

Mayo cerró en Ourense como un mes más caluroso de lo normal, con temperaturas máximas muy altas y con tan solo tres días pasados por agua, colocándose como el tercero más seco desde que hay registros históricos. Un mes cálido que permitió inaugurar la temporada de bronceado de muchos ourensanos. Y es que el mayo recién finalizado estuvo a punto de batir todos los récords, al haber conseguido la segunda temperatura máxima diaria desde que hay registros para este mes (37,5 grados), tan solo tres décimas por debajo de los 37,8 alcanzados en 2017.

Los datos de la estación de Meteogalicia de la ciudad dan buena cuenta de cómo el cambio climático influye en los termómetros. El quinto mes de este 2019 registró una temperatura media de 17,25 grados centígrados a lo largo de sus 31 días, muy por delante de los datos históricos para un mes de mayo (16,2 grados) y de lo registrado ese mismo mes en 2018 (16,6), que fue considerado un mes térmicamente normal.


Vaivenes


Ourense se está acostumbrando además a vivir auténticos vaivenes climáticos de un mes para otro. En mayo, fue especialmente notoria la falta de agua. Tan solo se recogieron 11,8 litros por metro cuadrado, según los registros de Meteogalicia, muy por debajo de los 57 l/m2del promedio histórico, y lo que convierten al de este 2019 en el tercer mayo más seco desde que hay registros (1972), solo por detrás del de 2003, cuando se acumularon solamente 7 litros por metro cuadrado y 1976 , cuando no llovió en ninguna jornada.

Esta situación contrasta de forma clara con lo que se vivió el pasado mes abril, que fue el más lluvioso del siglo y el tercero con más precipitaciones desde que hay registros. En cuanto a los días de lluvia del mes recién terminado, tan solo hubo tres con precipitaciones significativas, lejos de la media –10 jornadas pasadas por agua en mayo–.

Los vaivenes traen de cabeza a una provincia acostumbrada a que ya nada parezca raro y a batir récords meteorológicos de forma constante. 


Un mayo seco, sinónimo de olas de calor


Los mayos tan secos suelen anticipar unos verano de temperaturas extremas y de fuertes sequías. Solo en 1976 y 2003 hubo en Ourense un mes de mayo tan seco. Y casualmente en ambos años hubo dos fenómenos meteorológicos que acapararon titulares en prensa. En ambos casos, un mayo tan escaso de lluvia trajo consigo dos de las olas de calor más intensas que se recuerdan.

En primer lugar, se produjo la "gran sequía de 1976" que desató todas las alarmas y que se prolongó hasta bien entrada la temporada estival. Estuvo acompañada de una fuerte ola de calor en toda Europa, en muchos países la más dura que se recuerda. El otro mayo más seco fue el de 2003, que también trajo consigo una fuerte ola de calor en pleno agosto, con temperaturas por encima de los 40 grados durante 15 días seguidos. 

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