El informe de la compañía vasca Iberdrola para justificar un nuevo aprovechamiento hidroeléctrico en pleno corazón de la Ribeira Sacra (Santa Cristina) proporciona un listado de especies afectadas en el que apenas se incluyen el 50% de la cantidad realmente documentada en la zona (115 de 250), lo que supone 'una intensidad de muestreo escasa y nada significativa' para la correcta evaluación del impacto ambiental, según apunta una de las siete alegaciones al proyecto presentadas por Adega.
La Asociación para la Defensa Ecolóxica de Galiza ha sido, de momento, la última organización en presentar alegaciones a este polémico proyecto, que se suman a las de grupos políticos como el BNG y ecologistas como la Fundación Germán Estévez. Además, se han aprobado varias mociones institucionales en las que se solicita la anulación del nuevo aprovechamiento hidroeléctrico en el Sil, como la del Parlamento gallego o la del Concello de Ourense. El plazo para las alegaciones se ha ampliado hasta el próximo día 14, por lo que varias organizaciones ya han anunciado que todavía ultiman sus informes.
El estudio de afectación de la eléctrica hace 'caso omiso', según Adega, a las indicaciones pertinentes del Ministerio de Medio Ambiente sobre la presencia de nidos de águila real o de las áreas de campeo, alimentación y refugio de las aves de presa protegidas. Asimismo, tampoco se tienen en cuenta otras sugerencias aportadas en 2007 al estudio de impacto ambiental del proyecto -que por aquel entonces ya fue rechazado- para estudiar la afección sobre una veintena de especies, de las que 'ni tan siquiera se menciona su presencia o ausencia', en la zona de contrucción de la nueva central.
En el apartado del documento referido a la 'afección de espacios naturales protegidos' Iberdrola asegura que la nueva central se incluye 'parcialmente' en el LIC (Lugar de Interés Comunitario) de los Cañones del Sil. Una afirmación en la que 'existe una clara intención de provocar confusión en cuanto a la delimitación de la zona protegida', según apunta una de las alegaciones de Adega, ya que la superficie donde se pretenden llevar a cabo las obras se ubica de lleno en los cañones. El informe también 'omite mencionar y cuantificar los hábitats afectados por las infraestructuras' propias del proyecto, como las tomas de agua, excavaciones o los distintos depósitos de almacenamiento.
Adega también señala que en ninguna parte de las 592 páginas de las que consta el informe se cuantifican 'ni la cantidad de volumen de escombros generados, sobre todo en la excavación de túneles subterráneos, ni la localización de sus depósitos'. Los ecologistas indican que el impacto ambiental de los escombros generados por las obras es de 'primordial importancia' para evaluar ambientalmente el proyecto. Otras de las alegaciones ya presentadas inciden en que la obra supondría 'vaciados del ambalse', así como 'la recircunvalación de las aguas y trasvase de caudales entre el río y el depósito artificial'. En concreto, la fundación Germán Estévez, sostiene que la conducción de agua del Sil al el lago artificial debería considerarse como un trasvase.
El estudio de afectación de la eléctrica hace 'caso omiso', según Adega, a las indicaciones pertinentes del Ministerio de Medio Ambiente sobre la presencia de nidos de águila real o de las áreas de campeo, alimentación y refugio de las aves de presa protegidas. Asimismo, tampoco se tienen en cuenta otras sugerencias aportadas en 2007 al estudio de impacto ambiental del proyecto -que por aquel entonces ya fue rechazado- para estudiar la afección sobre una veintena de especies, de las que 'ni tan siquiera se menciona su presencia o ausencia', en la zona de contrucción de la nueva central.
En el apartado del documento referido a la 'afección de espacios naturales protegidos' Iberdrola asegura que la nueva central se incluye 'parcialmente' en el LIC (Lugar de Interés Comunitario) de los Cañones del Sil. Una afirmación en la que 'existe una clara intención de provocar confusión en cuanto a la delimitación de la zona protegida', según apunta una de las alegaciones de Adega, ya que la superficie donde se pretenden llevar a cabo las obras se ubica de lleno en los cañones. El informe también 'omite mencionar y cuantificar los hábitats afectados por las infraestructuras' propias del proyecto, como las tomas de agua, excavaciones o los distintos depósitos de almacenamiento.
Adega también señala que en ninguna parte de las 592 páginas de las que consta el informe se cuantifican 'ni la cantidad de volumen de escombros generados, sobre todo en la excavación de túneles subterráneos, ni la localización de sus depósitos'. Los ecologistas indican que el impacto ambiental de los escombros generados por las obras es de 'primordial importancia' para evaluar ambientalmente el proyecto. Otras de las alegaciones ya presentadas inciden en que la obra supondría 'vaciados del ambalse', así como 'la recircunvalación de las aguas y trasvase de caudales entre el río y el depósito artificial'. En concreto, la fundación Germán Estévez, sostiene que la conducción de agua del Sil al el lago artificial debería considerarse como un trasvase.
