Adiós a los okupas de la Plaza: vía libre para la remodelación

OURENSE (PRAZA ABASTOS). 04/08/2020. OURENSE. Comienzan los trabajos para demoler las casas ocupadas en la Praza de Abastos. FOTO: ÓSCAR PINAL
Agotado el plazo legal tras el incendio, la constructora demolerá las casas anexas al edificio principal

El último capítulo de trabas a las obras de la Plaza de Abastos se cerró ayer, después de que la Policía Local comprobase a primera hora que los puestos okupados desde el pasado marzo estaban vacíos. El plazo habilitado por el Concello al grupo de okupas tras el incendio del 17 de julio finalizó ayer, lo que supuso el punto y final del largo conflicto. El proyecto de remodelación, iniciado el pasado marzo, podrá por fin cumplir los plazos estipulados, hasta ahora afectados por la burocracia municipal, los okupas y la crisis sanitaria del coronavirus. 

La concejala de Urbanismo, Sonia Ogando, reconocía ayer su "profunda alegría": "Ahora las obras podrán empezar al ritmo que tenían que llevar desde un principio". La edil comenzó a trabajar en el expediente administrativo en enero, pero tuvo que hacer frente a los retrasos derivados del covid. "Estoy muy orgullosa del trabajo de la gente que se implicó en esto para conseguir que se resolviese de la forma más rápida y segura posible", asegura. 


Demolición


A mediodía de ayer, la empresa ocupada de llevar a cabo la remodelación del edificio, Acciona Infraestructuras, inició los trabajos de demolición de los últimos puestos que seguían en pie, para así proseguir con el proyecto dentro de los plazos previamente estipulados. 

Las pertenencias del grupo de okupas fueron trasladadas a las dependencias municipales del Campo da Feira, donde permanecerán un máximo de tres meses. Entre otros objetos, guardaban ropa, maletas, muebles o utensilios de cocina. Desde el pasado día 17 de julio, cuando se produjo un incendio en una de las casetas, el grupo no volvió. "Hubo un intento de entrada por parte de uno de ellos, pero se frustró gracias a la acción de la encargada de obra. La Policía también ayudó mucho mientras no llegó la empresa de seguridad privada", señala Sonia Ogando. 

Desde el inicio de las obras, en el mes de marzo, los servicios sociales del Concello intentaron ofrecerles alternativas para abandonar el lugar, como dormir en el Fogar do Transeúnte, rechazadas por los okupas. Tras la irrupción del covid, el Concello les reiteró la necesidad de mudarse por la situación sanitaria, pero el grupo se resistió de nuevo a marcharse.

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