ROBO COMISARÍA

El agente que robó las pistolas de Comisaría lo hizo en una sola ocasión

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photo_camera La sustracción de las armas tuvo lugar en el armero de la Comisaría de Policía.

El anónimo alertó de la sustracción antes de que fuera descubierta

La investigación abierta por la Policía Judicial en torno a la desaparición de seis pistolas del armero de la Comisaría en Ourense concluye que al autor del anónimo enviado el 11 de noviembre a Asuntos Internos en Madrid dando cuenta de la sustracción así como las irregularidades que desencadenaron la operación Zamburiña, con cuatro agentes de grupo de drogas imputados, es el mismo policía que sustrajo las armas. El móvil, perjudicar a determinados compañeros. Más aún, trabajan con la hipótesis que pudo haber un único robo en el verano de 2014.

Aunque la Policía Nacional sólo detectó y denunció el 5 de septiembre de ese año la desaparición de tres pistolas de policías jubilados así como otras tres el 18 de febrero de 2015, el comunicante anónimo ya menciona la seis en su misiva de noviembre de 2014. Es decir, conocía que faltaban todas esas pistolas cuando nadie en la Comisaría era sabedor de ese dato.

La falta de un recuento efectivo en el momento en que se echaron en falta las tres primeras pistolas hizo que se pasase por alto la envergadura real de la sustracción. "Se miraron las cajas, pero sin comprobar su interior", dice un agente.

El anónimo enviado a la unidad que investiga casos de corrupción policial, además de dar cuenta de una supuesta trama de corrupción policial en el GOR -Grupo Operativo de Respuesta- ,cuyos responsables después pasaron al grupo de drogas, vierte una serie de acusaciones que resultaron ser infundadas tal como evidenció la instrucción judicial: habla de la connivencia entre el inspector imputado en la operación Zamburiña, Antonio R.F., y el responsable del armamento para "sacar armas que son vendidas a delincuentes", mencionando "una venta por 500 euros". Pero, según el juez instructor de la trama de la Zamburiña, los policías investigados por favorecer el tráfico de drogas no están implicados en el robo de las armas.

Tanto el juez instructor como los investigadores policiales creen que si llegan al policía que escribió los anónimos estarán ante la misma persona que sustrajo las armas, por eso ambas cuestiones van en el mismo paquete.

Por el momento, el juez acordó la práctica de diligencias para llegar al comunicante sin identificar a través de los repetidores de telefonía móvil. El objetivo, "situar a posibles responsables en el lugar de los hechos a la hora en la que se enviaron los anónimos".

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