Tribunales

La negligencia de los padres provocó la muerte de un bebé

Aceptaron tres años de cárcel por homicidio imprudente y fracturar cuatro costillas al mellizo

Adrián S.M. y Desiré V.L. aceptaron su responsabilidad en la muerte de su bebé de dos meses por exceso de calor en 2019. Admitieron este martes en la sala de vistas del Juzgado Penal 1, al aceptar la conformidad propuesta por la fiscal y las dos acusaciones particulares, que cometieron una negligencia grave cuando en la madrugada del 4 de marzo de 2019 acostaron al niño, en una habitación separada de la suya, en un maxi-cosi orientado hacia un calefactor de aire caliente que situaron en otro cuco.

El calor excesivo, según sostenían las acusaciones, ocasionó la muerte del pequeño probablemente por deshidratación. A los policías que acudieron a la vivienda les llamó la atención que la ropa del bebé, la funda y la tela del porta-bebés estaban totalmente empapadas en sudor. No obstante, el informe final de autopsia elaborado por los médicos forenses del Imelga indican que la causa de la muerte es indeterminada, sin precisar qué la ocasionó. 

Pero también fueron irresponsables con el mellizo del menor fallecido. En los primeros días de marzo de ese mismo año, uno de los dos progenitores, con conocimiento del otro, le fracturó cuatro costillas al presionarle con fuerza. Presentaba lesiones compatibles con algún tipo de presión ejercida sobre los costados o un zarandeo brusco, según los especialistas médicos que declararon durante la instrucción. La víctima recibió asistencia médica y estuvo en observación y vigilancia en la UCI Pediátrica del CHUO.

Por las acusaciones de homicidio imprudente y lesiones aceptaron tres años de prisión, además de la privación de la patria potestad. Además, deberán indemnizar a su otro hijo con 11.400 euros: 5.400 por las lesiones y 6.000 por la muerte de su hermano.

Ahora bien, la madre sí podrá continuar con las visitas programas (una al mes) a su hijo, que ahora tiene dos años, y está con una familia de acogida ya que la tutela la asumió la Xunta. No así el padre, que este martes asistió al juicio por vía telemática porque está en prisión por otra causa, aunque también fue denunciado por Desiré por violencia de género. La sentencia le impone la prohibición de acercarse al pequeño a menos de 300 metros y comunicar con él durante los próximos ocho años.

Los letrados de los inculpados intentarán que esta sentencia les libere del ingreso en la cárcel si el juzgado admite la suspensión.  Francisco Caseiro, el abogado del padre, cree que los tipos penales lo permiten (por cada delito no se superan los dos años de cárcel) y cabría la suspensión si su cliente acredita un proceso de rehabilitación (cuando fue detenido por la muerte de su hijo estaba en el barrio de Covadonga comprando droga) y hace frente a la responsabilidad civil.

El abogado de Adrián: “Un acuerdo para poder pasar página”

Los abogados valoraron el acuerdo alcanzado este martes para evitar ir a juicio. La Fundación Amigos de Galicia, presente como acusación popular, cree que la sentencia final garantiza los derechos del menor afectado y peleó por la indemnización al menor por la muerte de su hermano (6.000 euros). Una cantidad “simbólica”, destacó el letrado Francisco José Lago Calvo, pero “importante para su futuro”.

La entidad, en un comunicado posterior, valoró el fallo judicial. “Consideramos que hoy se ha hecho justicia y los derechos del menor afectado quedan garantizados mediante la privación de la patria potestad de sus progenitores para que puedan desarrollar una vida normal”, asegura.

Este colectivo se personó, también estaba la Xunta, para “velar por la protección del interés superior del menor y privarlo de toda aquella actuación que pueda perjudicar el desarrollo integral del mismo”.

El abogado de Adrián S.M. asegura que su cliente optó por asumir la condena, en un caso “en el que la prueba de cargo no era muy clara”, porque la oferta de la fiscalía “era aceptable”. “Es una manera de salir de esto y pasar página para poder reiniciar sus vidas”, valoró Francisco Caseiro al término de la breve vista oral en la que Desiré se mostró “conforme” con la pena y su expareja la refrendó con la misma frase en cuatro ocasiones -“sí, señoría”- en el momento en que la jueza la explicó el contenido de la conformidad.

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