Saturnino Torres Soto (54 años), en prisión por la condena impuesta el pasado año por abusar de tres niñas de O Barco -dos de ellos fueron violadas-, apareció ayer muerto por asfixia en la celda que ocupaba en el módulo 3 de la prisión de Pereiro de Aguiar. Un funcionario descubrió el cadáver del interno cuando procedía a hacer el primer recuento del día. Por el momento, se desconocen las circunstancias de la muerte ya que no han sido precisadas por la Subdelegación del Gobierno, a la espera de los resultados de la investigación.
El nombre de Torres Soto saltó a la luz también a mediados del pasado mes cuando la Guardia Civil lo inculpó en el asalto a un empresario de O Barco cuando salía de su casa. El pelo hallado en el pasamontañas que empleó el asaltante identificó a Saturnino Torres Soto, natural de Nogueira de Ramuín, pero con domicilio en O Barco de Valdeorras.
Actualmente, estaba cumpliendo una condena de 15 años de prisión en el centro penitenciario de Pereiro por delitos de agresión sexual y abusos a tres menores -apenas llegaban a los 10 años- en un periodo de tiempo anterior a 2009, a las que previamente engañaba regalándoles revistas, muñecas y pulseras.
Fue precisamente este delito, por el que la Guardia Civil tenía en sus bases de datos su ADN y así pudo resolver el intento frustrado de atraco al empresario y a su esposa el 30 de junio de 2010.
Según pudo saber este diario de fuentes cercanas a la prisión ourensana, el interno, que llevaba en el penal desde marzo de 2011, en un primer momento llegó a reclamar protección, ya que había recibido amenazas de otros reclusos.
Actualmente, estaba cumpliendo una condena de 15 años de prisión en el centro penitenciario de Pereiro por delitos de agresión sexual y abusos a tres menores -apenas llegaban a los 10 años- en un periodo de tiempo anterior a 2009, a las que previamente engañaba regalándoles revistas, muñecas y pulseras.
Fue precisamente este delito, por el que la Guardia Civil tenía en sus bases de datos su ADN y así pudo resolver el intento frustrado de atraco al empresario y a su esposa el 30 de junio de 2010.
Según pudo saber este diario de fuentes cercanas a la prisión ourensana, el interno, que llevaba en el penal desde marzo de 2011, en un primer momento llegó a reclamar protección, ya que había recibido amenazas de otros reclusos.
