El Centro de Excelencia en Ciberseguridade de Galicia, que empezará las obras de construcción a principios de 2024 y está previsto que remate antes de finalizar 2025, convertirá a Ourense, y a la Tecnópole en particular, en un punto de encuentro entre la innovación en ciberseguridad y las necesidades y retos de la sociedad. El centro trabajará en colaboración con las diputaciones provinciales, con las entidades locales, a través de la Fegamp, con las universidades gallegas y centros tecnológicos y de innovación y con el tejido empresarial del sector. Este centro se utilizará también con el objetivo de fomentar el I+D+i y el emprendimiento en la ciberseguridad, en un modelo de colaboración público-privada, y acogerá espacios de uso para las administraciones, las empresas o los emprendedores.
El Consello da Xunta aprobó el jueves la contratación de las obras, que ascenderán a 6 millones de euros, y que la Consellería de Infraestruturas prevé licitar este mes de agosto para poder adjudicarlas en otoño. ¿Pero cómo será este centro?
El edificio se construirá en la parcela 3E de la Tecnópole, con una superficie útil de más de 2.100 metros cuadrados, se configura en cuatro bloques rotando sobre un espacio central, de planta circular y formato poligonal. La principal función del centro es supervisar la ciberseguridad de las administraciones públicas a través de una sala de monitorización en la que se controlarán los sistemas informáticos de las entidades interesadas y se detectará cualquier alerta. El recinto contará, además, con una sala de crisis en materia de ciberseguridad.
El centro dará apoyo al desarrollo de proyectos de innovación en ciberseguridad a través de un centro demostrador en el que pondrán a prueba nuevas tecnologías para después mostrarlas al sector productivo que va a ser destinatario o con laboratorios y otros espacios que pueden usar las empresas y emprendedores. En el diseño del edificio, destaca la envolvente ligera metálica y vidriada, generando un paisaje hacia el interior a través de un cinturón verde vegetal.
Interior del edificio
En concreto, el edificio se estructura en cuatro elementos que se articulan alrededor de un espacio central de acceso y circulaciones en forma de disco horizontal con control visual directo a los espacios de los cuatro bloques. La sala de operadores, que se alojará en la posición noroeste de la parcela, albergará en su planta superior el despacho, el laboratorio, la sala de crisis y la sala de reuniones. En el lado contrario, hacia el sureste, se sitúan los laboratorios y el centro demostrador, que se organizan de modo que mediante paneles móviles pueden configurarse en un espacio conjunto para demostraciones de mayor envergadura. Estos espacios tendrán doble altura. En la diagonal del eje contrario, se proyectan dos piezas arquitectónicas análogas con dos plantas, para usos administrativos, aseos, espacios para uso interno del centro o para el alquiler de empresas personales.
La eficiencia energética será otra pieza clave en el diseño, con un sistema de climatización mixto, dimensionado para poder proporcionar todo el calor con geotermia y la refrigeración con geotermia/aerotermia, lo que reduce considerablemente los costes iniciales de inversión.
