Las obras de la autovía AG-31, que unirá la A-52 a la altura del kilómetro 217 (en San Cibrao das Viñas) con Celanova avanzan a buen ritmo y el diseño de la futura autovía es ya visible en la mayor parte del trayecto, que tendrá una longitud de 18,7 kilómetros. De hecho, se han realizado ya gran parte de los desmontes y se está afirmando el terreno sobre el que se sostendrá la futura plataforma viaria. De modo paralelo, los operarios trabajan en la construcción de los tres viaductos que formarán parte del trazado, para permitir el paso sobre los ríos Arnoia (199 metros), Rego do Porto (161 metros) y Ourille (74 metros).
Los trabajos se encuentran prácticamente en su ecuador, ya que la ejecución comenzó en la primavera del año pasado y está previsto que la autovía entre en servicio en mayo de 2012. Las obras están siendo ejecutadas por una sociedad que integran las constructoras ourensanas Copasa y Extraco, representadas al 70% y 30% respectivamente, en régimen de concesión. De este modo, son las empresas las que financian la obra (que costará 112 millones de euros) y luego cobrarán un canon de la Xunta por cada vehículo que utilice la autovía.
El trazado supondrá una notable reducción de tiempo en el desplazamiento entre Ourense y Celanova, que por la actual carretera es de 25 minutos, y quedarán reducidos a 15 por la autovía.
El trazado supondrá una notable reducción de tiempo en el desplazamiento entre Ourense y Celanova, que por la actual carretera es de 25 minutos, y quedarán reducidos a 15 por la autovía.
