OBITURARIO

Camilo de Dios, el último guerrillero

Sandiás. 9-7-2017. Procesión de San Benito.Camilo de Dios.  Paz
photo_camera Camilo de Dios, en una imagen de 2017

El último guerrillero ha muerto; la Parca no hace excepciones, todo lo que nace ha de morir. Pero no es el final, la semilla de su vida florecerá en el recuerdo de los que han gozado de su compañía. Ha vivido y ha sufrido. Ha luchado y ha ganado. Fue torturado y ha perdonado. Al odio ha respondido con amor. La mentira fue derrotada con su firme testimonio. En la larga noche de piedra ha alumbrado el camino con su sacrificio. 

Camilo de Dios, el comunista, el luchador por la democracia, el defensor de los débiles, el amante de la naturaleza, el amigo leal… agonizó con la serenidad de quien ha vencido a la angustia, sin miedo y con la firmeza de aquellos que aceptan el ciclo vital de la existencia.

Torturas, cárcel, expropiaciones, muertes violentas de seres queridos, penalidades sin fin, resistencia y convicción. Tolerante, inteligente, con un agudo sentido del humor; un hombre excepcional, un amigo fiel y un demócrata ejemplar. Buen padre, amante  marido. Un lujo para quienes disfrutaron de los relatos de su espléndida memoria.

He tenido el honor de ser su camarada, su amigo, de haber gozado de su amena conversación. He aprendido de su respeto al adversario, de su contagioso optimismo, de su amena conversación. Lo admiro por su capacidad de perdonar a aquellos que mil afrentas le hicieron. Hemos compartido íntimos secretos. Hemos debatido sobre la razón de la existencia, sobre el bien y el mal.

Los años de lucha y la cárcel forjaron un hombre lúcido, inteligente y sacrificado. Con el don de hacer amigos los tuvo de todas las ideologías, para no discutir llegaron a la conclusión de que no se hablaría de política ni de religión. Le gustaba participar en las fiestas populares, él y sus amigos eran habituales en la Romería da Saínza; también compartía tertulias en la zona de vinos de Xinzo, y era un asiduo contertulio con su camarada del alma, Antonio Rodríguez (Rodriguete). 

Sus amigos hemos estado con él en estos momentos tan trascendentes, hemos cantado canciones revolucionarias, hemos reafirmado nuestra amistad, hemos acariciado su rostro, sus manos, hemos visto a un hombre que espera su final con la tranquilidad de quien ha  cumplido su misión. 

Camilo de Dios se convertirá con los años en un mito, su leyenda irá creciendo en la medida en que su historia sea conocida por los ciudadanos de este país. Ha sido un hombre bueno, un demócrata convencido, un militante comunista que siempre aspiró a la igualdad entre los humanos. Cuando estas letras salgan a la luz ya estará en el Cosmos infinito compartiendo energía cuántica con sus padres, hermano, camaradas de la guerrilla, compañeros de partido y probablemente se inicien propuestas para declararlo hijo predilecto de su pueblo y símbolo de tolerancia.

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