Candela Nóvoa: "Con esta colección pretendo transportar a la gente a la playa"

Mañana termina la edición de 2021 de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, popularmente conocida como la pasarela Cibeles, y lo hará con una diseñadora ourensana desfilando por primera vez. Candela Nóvoa es una joven de 24 años que, con su firma Delanovoa, se estrena en esta gran pasarela con una propuesta inspirada en la ciudad de Benidorm, que representa la gran apertura de la España de su tiempo. Además, opta a ganar el premio Mercedes-Benz Fashion Talent, un galardón que pone en valor la creatividad y el carácter innovador de los diseñadores noveles.

¿Qué supone estar nominada a este premio?

Para mí es un orgullo. He terminado mis estudios en noviembre de 2020 y es una experiencia muy positiva para mí. Solo puedo sentir orgullo por poder desfilar con mi colección en una pasarela tan importante como esta.

¿Cómo es ser diseñadora en Ourense?

Creo que hay muchas cosas fuera de las grandes capitales, el problema principal es que no se conocen las opciones. Galicia es un territorio muy potente a nivel textil, hay mucha industria dedicada a este sector; pero aun así se sigue viendo como algo extraño que, durante tu educación, decidas que quieres dedicarte al diseño o a algo más creativo. El punto positivo es que hay escuelas estupendas y también hay muchas posibilidades en la comunidad.

¿Por qué Benidorm y no otra ciudad?

Me hace gracia el concepto de Benidorm y todo lo que este representa. Por ejemplo en Ourense, el ritual de ir a la playa es toda una aventura: arrancas por la mañana con los bártulos y ni se te ocurre irte antes de que se vaya el sol. Por esto me parecía un acto muy ceremonial el hecho de ir a la playa, así que después de investigar, llegué a la conclusión de que Benidorm es el gran mito de irse de vacaciones. Además es un imaginario muy divertido, me apetecía y me he sentido muy cómoda trabajando con él.

¿Se abrieron de la misma forma la moda y la sociedad?

Creo que sí. Benidorm representa muy bien eso: una ciudad en la que había muchos turistas extranjeros con vestimentas que no eran usuales en la España de los años 60. Con estos turistas llegaron a España desde Europa prendas como las minifaldas o los bikinis. Así, creo que se formó una especie de concilio en el que se estipulaba que se podía estar en bikini, pero solo en Benidorm.

¿Qué formas y tejidos representan esa apertura en la colección?

Lo que quería transmitir con esta colección era una saturación y temperatura de color que se asociase con ir a la playa. Además, las siluetas y el concepto de la colección son ligeras, que incluso simulan en algunos casos toallas que se anudan entre sí para formar las prendas. Mi intención es que al ver mi colección la gente se teletransporte directamente a la playa en la que veranea.

¿Cuál es tu siguiente paso?

En la actualidad tengo varios frentes abiertos. Me gustaría seguir trabajando en mis proyectos personales y también seguir en mi puesto actual en Portugal. Pero también me llama el mundo del estilismo o el mundo de los editoriales de moda y me gustaría conocer esos mundos en paralelo con mi trabajo actual.