Transporte

Carlos Perfecto: "El AVE es el cercanías del siglo XXI"

Carlos Perfecto, presidente de la plataforma de usuarios de la alta velocidad en Valladolid
photo_camera Carlos Perfecto, presidente de la plataforma de usuarios de la alta velocidad en Valladolid
El presidente de los usuarios de alta velocidad de Valladolid cree que puede frenar la despoblación

En el mismo momento que llegó el primer tren AVE a Valladolid, en diciembre de 2007, se constituyó una asociación de usuarios. Carlos Perfecto es su actual presidente y recuerda que "nuestra asociación nació con el objetivo de conseguir fundamentalmente dos cosas: servicios y precio razonable".

Perfecto vive en Valladolid y trabaja en Madrid. Gracias a la línea de alta velocidad el viaje entre ambas ciudades es de menos de una hora en el Avant más rápido. "Las líneas de alta velocidad han permitido cambiar el concepto de las cercanías. Ya no medimos la distancia en kilómetros sino en tiempo y la alta velocidad se ha convertido en las cercanías del siglo XXI. Hay usuarios de la red de cercanías de Madrid que tardan más tiempo de su casa al trabajo que yo", comenta Carlos Perfecto.

La asociación de usuarios ha servido de plataforma de reivindicación para reclamar frecuencias que se acomodasen a las jornadas laborales y mejores condiciones en los billetes. "Hubo momentos en los que teníamos que comprarlos con cuatro semanas de antelación", recuerda el presidente de la asociación de usuarios quien gasta al mes casi 650 euros solo en transporte.

Fueron los usuarios de este servicio ferroviario los que le pusieron las pilas a los políticos, "porque cuando se habla de AVE se piensa en los turistas que van a traer esos trenes y no en los ciudadanos que viven en el territorio. Y, la verdad, es que la alta velocidad puede servir para frenar la despoblación en ciudades, que ya empieza a ser un problema en ciudades medias en las que no hay la oferta laboral que retenga población", explica Carlos Perfecto. 

"Cuando hablamos de las cercanías del siglo XXI estamos hablando de la movilidad interterritorial, que permite que yo, que trabajo en Madrid, pero seguir viviendo en Valladolid, pagando aquí mis impuestos, haciendo la compra, generando riqueza. Los usuarios entendemos que desde las instancias autonómicas también tienen que tomar conciencia de que la alta velocidad tiene que ser también un servicio público adaptado a las necesidades de los ciudadanos, con un precio socialmente asumible. De nada sirve una infraestructura pagada con fondos europeos si al final resulta inasequible para los propios ciudadanos, salvo para los turistas".

El modelo asociativo de Valladolid se ha extendido a otras ciudades de Castilla y León y de otras comunidades y trabajan en crear una federación española de plataformas de usuarios.

Los otros trenes que también circulan por las líneas de alta velocidad

Carlos Perfecto tiene claro que hay más vida ferroviaria que el AVE en las líneas de alta velocidad. "Están los Alvia, los Avant, que son los que utilizamos habitualmente para ir a trabajar". Entre Ourense y Santiago ya existen servicios Avant desde 2011 y reivindicaciones muy semejantes a las de Valladolid, como la necesidad de que haya frecuencias que se acomoden a las diferentes jornadas laborales o estudiantiles y tarifas  adecuadas. Una de las reivindicaciones de los usuarios de Valladolid es la aplicación de los mismos criterios de intermodalidad que tienen, por ejemplo, en las cercanías de Madrid. No tiene sentido que un turista pueda disfrutar de esas condiciones y nosotros no". 

Sobre el futuro que le espera a Galicia en este terreno, Carlos Perfecto cree que "se pueden reproducir los mismos problemas y vivir y sufrir situaciones semejantes a las que hay en Castilla y León, aunque con sus propias peculiaridades".

El presidente de los usuarios de la alta velocidad de Valladolid cree es bueno echar una mirada a las experiencias ya vividas. "Así las ciudades gallegas se podrán adelantar a los futuros escenarios que tendrán y sobre todo a tratar de lograr soluciones globales para conseguir un servicio adaptado a las necesidades reales de los ciudadanos, en ese precio socialmente asequible, si queremos que sea una herramienta para recuperar población y de equilibrio territorial.

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