Carola García Calvo: "Europa no responde al yihadismo con la unidad que debería para estar más segura"

Ourense. 03-03-15. Local. Foro La Región con Carola García-Calvo.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Carola García Calvo, durante su intervención en un Foro La Región. (XESÚS FARIÑAS)

La ourensana, investigadora del Real Instituto Elcano en terrorismo internacional, es una reconocida y prestigiosa especialista, entre otros aspectos, en la radicalización y en los procesos de captación de los yihadistas

La ourensana Carola García Calvo, investigadora del Real Instituto Elcano en terrorismo internacional, es una reconocida y prestigiosa especialista, entre otros aspectos, en la radicalización y en los procesos de captación de los yihadistas.

Los atentados de Bruselas, ¿podrían haberse evitado?

El riesgo cero no existe, y es muy difícil, en un momento dado, cubrir todas las posibilidades. Ahora bien, si la pregunta es si había alguna cuestión que no se tuvo en cuenta y que nos ponía sobre aviso, creo que, por lo que vamos sabiendo, si la Unión Europea hubiese trabajado a un nivel más multilateral y menos bilateral, o en clave nacional, a la hora de afrontar esta amenaza, probablemente seríamos menos vulnerables a la acción de los terroristas. Algunos individuos implicados en Bruselas pertenecían a la misma red que los implicados de París. Creo que en la UE todavía tenemos camino por recorrer a la hora de coordinar e intercambiar información, a pesar de que tenemos herramientas, que están siendo muy infrautilizadas, como las bases de datos del espacio Schengen. No se comparte tanta información como sería deseable, si se hiciera, estaríamos un poco más seguros.

¿Los estados europeos no acaban de tomarse en serio esta amenaza?

Creo que todavía siguen funcionando en clave muy nacional: "¿cómo soluciono lo mío?, cuando está claro que es un problema global que debemos elevar a nivel multilateral. Se habla de equilibrio entre libertades  y seguridad. Creo que tenemos mucho recorrido en el lado de las libertades, tenemos instrumentos de los que nos hemos dotado que podemos usar, antes de tener que tomar nuevas medidas. Cuando vemos que el terrorista era un individuo que era conocido, tristemente, parece que se podía haber hecho mejor.

La detención de la pasada semana, ¿ha influido en este atentado?

Un atentado de esta categoría no se organiza en pocas horas o en unos días. Mi sensación es que tal vez la fecha no fuese el 22 de marzo, la operación policial ha podido precipitar los atentados, pero ya estaban en preparación. Los servicios de inteligencia, ya jugaban en París, con la posibilidad de atentados. Las capacidades operativas del Estado Islámico en Europa ya han quedado de manifiesto. Eso sí, algunos fallos hacen pensar que con un poco más de tiempo podrían haber perfeccionado más los planes. No se improvisó.

¿Perfeccionan ellos cada vez más su capacidad operativa o nosotros empeoramos?

En el momento que, en el verano de 2013 se rompe con Al Qaeda, entramos en un movimiento yihadista global totalmente nuevo: hay dos matrices que entran en competición. Además, se suma la enorme movilización de yihadistas europeos hacia el conflicto de Siria. Estos terroristas eran belgas, así que también hay un problema de acomodación de las segundas generaciones, más vulnerables, hacia estos movimientos. Todo este cóctel hace que estemos en un momento de extensión de la amenaza extremadamente sensible y, tal vez nosotros, no estemos respondiendo, ni llevando a la práctica todos esos llamamientos a la unidad que se hacen en momentos tristemente vinculados a un ataque terrorista. Es cierto que ahora mismo Europa está en el punto de mira y somos vulnerables y el Estado Islámico ha abandonado su agenda local de califato. Desde luego, también creo que desde la Unión se podría hacer mucho más. Hay particularidades, en el caso por ejemplo belga, de cómo funcionan sus operativos, que tampoco ayudan a que estemos más seguros. Ellos no pueden detener de noche, algo anacrónico.

¿El EI llega mejor que lo hacía Al Qaeda?

El éxito brutal del Estado Islámico es la enorme capacidad de atracción y de captación que tiene. Se debe a dos motivos: en Al Qaeda,  el proclamamiento del califato era el objetivo a alcanzar, pero nunca se daban las condiciones para su establecimiento, pero el Estado Islámico implantó "de facto" ese califato en 2014. Ya no ofrecían a sus seguidores formar parte de una organización terrorista sino de un estado, de un proyecto de vida, y todo acompañado por una campaña de comunicación, a través de las redes, adaptada al público que ellos querían captar: los jóvenes europeos, donde las segundas y terceras generaciones no acaban de sentirse identificadas y se sienten ciudadanos de segunda. Han sabido adaptar su mensaje a los idiomas, ya no hablan en árabe, ya no son peroratas ideológicas con una cámara fija, generan videojuegos, te hablan en twitter,con tus códigos y tu idioma.

¿Han abandonado el discurso religioso?

Es algo sobre lo que ahora mismo se está debatiendo en el mundo académico. Desde luego, los tiempos de radicalización han disminuido muchísimo. En España, se ha pasado de una estimación de unos cuatro años, a procesos de radicalización, en estos momentos, de un año o menos. Lógicamente el conocimiento y el cariz ideológico de esta radicalización es mucho menor. Ahora ya hay otras motivaciones, "me aburro", "¿qué hago aquí?", "me voy allí que tendré un proyecto de vida". Hay una  cultura muy visual, también funciona mucho la red personal del individuo, siempre hay hermanos, amigos o vecinos. De religión o ideología, los conocimientos son ya muy justitos.

¿El atentado ha tenido algo que ver con la política europea respecto a los refugiados?

El objetivo del terrorismo es siempre crear la fractura y generar el terror. El impacto psicológico de sus acciones es siempre muy superior al físico. En ese sentido, el EI aprovecha esa falta de criterio y de política de la UE hacia los refugiados para explotarla en su beneficio. La posición de la Unión es una oportunidad para los terroristas, porque quieren ahondar en esa crisis para radicalizar a personas que hasta ahora son totalmente ajenas a ellos. Los refugiados son un colectivo muy vulnerable y estas acciones los hace aún más. Tanto porque, por un lado, en las sociedades se crean movimientos islamófobos o populistas, y, por el otro, el EI busca captar a seguidores. La clave está en construir sociedades resilientes y cohesionadas para responder con unidad y firmeza de verdad. En ningún caso, el atentado ha sido consecuencia de la política europea.

En España, ¿en qué situación nos encontramos?

En comparación con otros países europeos, tenemos niveles de movilización mucho más bajos. Por ejemplo, Francia es, en términos absolutos, el país más afectado por la movilización yihadista, unos 1.800 individuos desplazados, de los cuales hay muchos que ya han retornado. Bélgica, en comparación con su población, es el mayor exportador de yihadistas al conflicto, con unos 570. En el caso de España, en términos absolutos, la movilización sería en torno a unos 150 individuos. En los últimos informes que hemos elaborado desde el Instituto hemos constatado que, entre los detenidos yihadistas, hay muchos españoles: el 40 por ciento de los detenidos ya son nacidos aquí. Son muy jóvenes y varones sobre todo, aunque ya se han incorporado muchas mujeres, un 15 por ciento. También ha aparecido la figura del converso. En nuestro país, hasta el 2012, sólo había uno entre los detenidos, y ahora ya hay un 13 por ciento, son españoles y latinoamericanos. En cuanto a las células desarticuladas eran sobre todo de tipo logístico y de captación. Pero ya había un 40 por ciento relacionado con redes con capacidad operativa, lo cual no es nada desdeñable. Había redes que tenían planes de atentar en territorio español, lo que pasa es que aquí hay una gran labor preventiva, que desbarata muchos planes.

¿Hay un peligro real de movimientos islamófobos en nuestro país o son acciones aisladas?

Ahora mismo, creo que es algo puntual que debe ser tratado con mucho cuidado. Es verdad que existe un riesgo, no hay que olvidar que los terroristas buscan precisamente estas fracturas y estos movimientos para aprovecharlos como propaganda propia y conseguir sus captaciones y radicalización de los individuos. La sociedad española, tras el 11M, actuó de forma ejemplar, sin ningún tipo de manifestación xenófoba. Ahora estamos en un momento de cambio, en un momento sensible, y el próximo gobierno tiene la labor, aparte de mantener otro tipo de respuestas, como la policial o la de inteligencia, de seguir trabajando en la prevención y en la misma clave, en sensibilizar a la sociedad sobre esta amenaza. Una sociedad más y mejor informada, sabiendo qué es islamismo y qué es yihadismo, y siendo sensible a que un ataque puede ocurrir, es una sociedad más fuerte. Las fuerzas policiales españolas tienen una enorme experiencia, y trabajan de manera muy eficaz, pero en este tema nunca se puede ser triunfalista, porque no existe el riesgo cero.

¿Daesh o Estado Islámico?

En el Instituto optamos por llamarlos Estado Islámico. Es como se llaman ellos y las cosas hay que llamarlas por su nombre, no se pueden desenfocar. Evidentemente el califato ni es un estado, ni es islámico, pero actúa como tal. Nosotros optamos por llamarlos así, sabiendo que nada tienen que ver con el Islam, pero para no olvidarnos de lo que ahora mismo es esta organización terrorista, que tiene un territorio que le da una gran credibilidad de cara a los futuros miembros y les da muchos recursos financieros y fortaleza.

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