Los centros de salud viven un verano “crítico” sin sustitutos y alta demanda

Los centros de salud ourensanos se enfrentan a un verano “crítico” ante la falta de personal médico de sustitución y una octava ola que no da tregua. Las plantillas, ya de por sí mermadas a causa de jubilaciones sin relevo generacional, asumen estos días el extra de pacientes de los compañeros contagiados y de aquellos que cogen sus vacaciones. “Si las puedes coger, yo tengo las mías en el aire porque no hay quien me cubra, a dos semanas de irme”, reclama Manuel González, médico de Pereiro de Aguiar e integrante del sindicato CSIF. En las consultas más saturadas -como las de la ciudad-, los facultativos se ven obligados a doblar turno para atender hasta a 80 personas en una sola jornada. El personal se reparte el cupo de los médicos ausentes, lo que puede suponer hacerse cargo de una elevada cantidad de tarjetas sanitarias (en lugar de 1.200, 1.800). “Doblamos para que las listas de espera no crezcan más de lo que ya crecen”, explica María José Modroño, médica en el centro de salud de A Cuña. Actualmente, la espera en la urbe oscila entre los dos y los cinco días. El rural La realidad del rural ourensano, con una alta dispersión geográfica y donde el 61% de los centros de Atención Primaria son unipersonales, provoca que muchos médicos se desplacen diariamente a otros concellos para cubrir la falta de personal. A mitad de mañana, luego de atender a los pacientes de sus compañeros -muchas veces en el municipio colindante, pero otras, a más de 100 kilómetros-, vuelven a su centro de salud para encargarse de su propia consulta. “Y además están las urgencias que te pueden ir saliendo durante la mañana, y el tiempo que te lleva ir a los domicilios”, apunta Trinidad Gamarra, médica de Pontedeva. La situación de sobrecarga se agrava durante el verano, pero los sanitarios aseguran que durante el resto del año este modus operandi -cubrir la ausencia de sus compañeros- se repite con cada baja, permiso o día libre, lo que se suma a las carencias estructurales. “La Atención Primaria está en parada, necesita una RCP ya o se muere definitivamente”, asegura Manuel González. Pilar Garzón, presidenta del Colegio de Médicos de la provincia, recuerda que las carencias en Primaria, “la trinchera” del sistema sanitario, derivan en el colapso de las urgencias hospitalarias y del resto de especialidades. “Esto es una máquina de precisión, si falla una de las partes, falla todo lo demás”, recalca. “Si los centros de salud fallan aumentan las urgencias, los ingresos y las estancias por paciente”, añade. ¿Responsables? El Colegio de Médicos de la provincia, los sindicatos y los propios sanitarios reclaman acción inmediata por parte de las administraciones -Xunta y Gobierno central- y aseguran que esta situación de sobrecarga y carencia de personal podría haberse evitado de actuar con previsión. “En los años 90 ya hicimos informes desde el Colegio alertando de las jubilaciones que se preveían y de la falta de relevo generacional. Hace años que deberían haber formado a muchos más profesionales”, recuerda González. La escasez de plazas en las facultades de Medicina y en el MIR, así como las condiciones laborales “muy mejorables” son, para el médico de Pereiro, los principales ingredientes de un cóctel mortífero para la Atención Primaria. La sangría de médicos de Familia en la provincia, además, continúa: de los más de 600 facultativos que hay en la provincia, 70 se jubilarán en los próximos dos años, sin recambio. “Es un problema de difícil solución y que va a derivar en el fracaso del sistema, cuántos planes de mejoras se han hecho y ninguno se llevó a cabo”, comenta Trinidad Gamarra. La Xunta reclama en Madrid La Xunta reclamó esta semana al Gobierno central la creación de mil plazas MIR para subsanar la falta de médicos, pero esos sanitarios tardarían todavía cinco años en incorporarse al sistema. Félix Rubial, gerente del área ourensana, tiene clara la difícil situación de Primaria. “A nosa provincia ten características complexas, temos un elevado número de centros de difícil cobertura, preto de 100 consultorios dispersos, o 60% deles unipersoal…”, señala. Rubial reconoce que el esfuerzo de los sanitarios salva las dificultades: “Gracias á súa profesionalidade estamos saíndo ao paso sen xerar problemas de relevancia”. “Hay profesionales que se forman aquí y se marchan por las condiciones” Al margen de las peticiones generalizadas para incrementar el número de plazas MIR ofertadas cada año por el Gobierno central, los facultativos ourensanos ven necesario mejorar las condiciones laborales para asentar trabajadores en la provincia. “Después de los pocos que salen de las facultades y los pocos que consiguen plaza, al venir aquí se encuentran con que las gerencias y el Sergas en vez de ponerse las pilas para ofrecer contratos dignos, gestionan con miseria. En vez de cinco compañeros, hay tres”, apunta Manuel González, que asegura que los facultativos españoles son “muy valorados”: “La gente se marcha a por mejores condiciones” El Sergas, en colaboración con la mesa sectorial, impulsó recientemente la creación de una nueva figura, la de facultativo especialista en Atención Primaria, que permite ciertas mejoras. “Supone ciertas mejoras, como ofertarle una plaza a un residente de cuarto año que puede consolidar en dos años, que ya es suya”, explica González. Pero las ofertas no se hacen a tiempo en muchos casos: “Se espera a octubre, cuando esa persona ya se ha ido a buscarse la plaza fuera de Galicia”. Los profesionales también piden la mejora de las condiciones de los médicos que alcanzan la edad de jubilación. “Hay gente que se va a marchar en los próximos años que disfruta de su trabajo y que podría prorrogar, pero no con la sobrecarga actual. Si le ofertasen mejores condiciones, se quedaría”, apunta María José Modroño.