Preocupación en la ciudad por la proliferación de roedores

El cierre de locales atrae la presencia de las ratas

Dos operarios echan cebos para ratas en un alcantarilla. (Foto: Miguel Angel)
Como Pedro por su casa en Recanto do Caravel, la avenida de Marín o la calle Ervedelo. Aunque conviven con las personas durante todo el año, el otoño -al igual que ocurre en primavera- es época propicia para que las ratas abandonen el subsuelo y se paseen por la ciudad, al combinarse la humedad y unas temperaturas que no son extremas. Por ello, la campaña municipal de choque contra estos roedores ha comenzado.
Los operarios echan cebos venenosos en las alcantarillas (en unas 60 cada día), en un trabajo que suele iniciarse en la periferia y va avanzando hasta el centro. Una labor que en la actualidad realiza una empresa que tiene prorrogado su contrato con el Concello, que, no obstante, ultima la adjudicación, por dos años, del servicio de desinfección, desratización y desinfectación en la ciudad -falta abrir el pliego de condiciones técnicas-, en la que prevé una dotación máxima de 38.900 euros anuales.

Aunque el edil popular Odilo Masid planteó la cuestión en el último pleno -refiriéndose concretamente a Recanto do Caravel-, según el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, 'no hay una repercusión mayor de estos animales que, afortunadamente, no tuvieron demasiada incidencia durante la huelga de basura'. No obstante, puntualiza que es propio de esta época que salgan a la superficie e incluso apunta que 'donde hay más inmuebles y bajos vacíos estamos notando un repunte de estos animales a medida que se están cerrando negocios'.

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