Agosto avanza con fuerza en materia de turismo en la ciudad. Familias, grupos de amigos o parejas de distintas comunidades o incluso diferentes países recorren las calles ourensanas. Buscan un lugar donde disfrutar de la gastronomía gallega, refugiarse del calor o planificar su próxima parada.
Este es el caso de José Manuel San Segundo, llegado de Valencia junto a su pareja. Como tiene familia en Galicia, les gusta venir “para aprovechar en verano de su cultura, buena comida y clima agradable”. Los dos están instalados cerca de Celanova y desde allí se desplazaron a la ciudad, ya que quieren “ver la Catedral, las Burgas y las termas”. “No es la primera vez que vengo, esa zona al lado del río me parece espectacular”, afirma San Segundo. El valenciano visita Ourense desde pequeño “y aún me quedan cosas por visitar”.
Quienes nunca habían venido a Galicia son Jone Solabarrieta y su familia. Esta familia vasca quería probar “un destino distinto, más tranquilo que por ejemplo las Rías Baixas, y con buen turismo de interior”. Proceden de Vizcaya, donde les recomendaron “venir a Ourense y visitar sitios como Allariz o los cañones del Sil”. Solabarrieta explica que estarán nueve días en Ourense “en los que queremos ver mucho en poco tiempo; las termas, las Burgas, y sin duda la catedral”. Pero en su primer día, quieren “conocer la ciudad y disfrutar del pulpo y un buen Ribeiro”.
La familia catalana de la que José Ligero es parte vive la situación opuesta. Ourense es la última parada de un viaje por toda Galicia. En la ciudad, Ligero y sus compañeros buscan “comer bien en Vinos y visitar Castrelo de Miño por la tarde”. Allí quieren poner el broche de oro “con un chapuzón y paseos en kayak”. “Nos han quedado cosas por hacer, pero queremos repetir porque nos han encantado Ourense y Galicia”, remata Ligero.
