COLECCIÓN PAYÁ

El coche de bomberos, tercera entrega de los juguetes clásicos

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photo_camera Coche de bomberos.

Los lectores de La Región podrán adquirir con el diario la detallada reproducción de la colección Payá

Los lectores de La Región pueden seguir completando la colección de juguetes clásicos de Payá con el Coche de Bomberos que el periódico les ofrece este sábado.

Se trata del modelo 948, fabricado en el año 1929 y que ofrece un especial mimo en la perfección de los detalles, con la reproducción de tres bomberos, dos de ellos dentro de la cabina del vehículo y un tercero subido a la escalera de incendios y portando una manguera.

En la parte superior de la cabina está situada una sirena y en el lateral una bomba de agua.

El modelo que se ofrece en esta ocasión con el diario es el más acabado de los que desarrolló a lo largo de los años previos la marca Payá. Se trata de un juguete de 25 centímetros de largo, pintado en rojo y blanco, con la utilización de otros colores para los detalles. El material con el que está fabricado el modelo es, como en los casos anteriores, hoja de lata, y cuenta con una llave para darle cuerda y ponerlo en movimiento.

El año de fabricación de este modelo fue 2004, sobre el citado proyecto de 1929.

Esta tercera entrega se une al coche Bugatti -todo un ejemplo de los prototipos de coches de carreras de la época- y el Hidroavión clásico de aquellos principios de siglo que iniciaron esta colección de Juguetes de Antaño de la prestigiosa marca juguetera Payá, una oportunidad única de hacerse con unos modelos que son ya historia de la vida de muchos que en Ourense, como en otros lugares de España, disfrutaron durante su niñez con éste y otros modelos creados en la prestigiosa fábrica alicantina, que fue todo un referente durante buena parte del pasado siglo XX.

El precio del coche de bomberos que se ofrece con el periódico en esta ocasión es, como en las anteriores entregas, de 4,95 euros.

En 1940, la fábrica de juguetes Payá fabricaría otros dos modelos de coches de bomberos, ambos con ruedas metálicas, pero con menos detalles exclusivos que éste, ya que los personajes reproducidos no salían de la cabina.

Precisamente ese reparto de los tres miembros del cuerpo de bomberos por el vehículo, característico del modelo que mañana se ofrece a los lectores, aportaba una movilidad al juguete que llamaba especialmente la atención de los niños de la época, que veían en ello una mejor reproducción de las aventuras que querían recrear en sus historias recreadas.

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