El Concello aplica una poda “más saludable" en el Posío

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photo_camera Los técnicos seleccionan las ramas que necesitan ser cortadas colgados desde las partes más altas del árbol.

El peculiar sistema ayuda a mantener el árbol sano y a cicatrizar las ramas, dice la empresa contratada

La labores de poda de los árboles del Jardín del Posío pondrán hoy su punto y final. La empresa Arbogal concluirá hoy la segunda y última fase de ejecución de los trabajos, que dio comienzo a mediados de la pasada semana, con la retirada de las últimas ramas secas o con problemas de anclaje que pudiesen convertirse en un riesgo para la seguridad de los usuarios del parque.

La razón por la que esta poda se desarrolla en dos fases –la primera se completó en agosto– tiene que ver con el propio ciclo biológico de los árboles. Luis Alfonso Iglesias, ingeniero técnico forestal de Arbogal, explica que el verano "es un periodo en el que los árboles tiran de reservas, y si se le quita una gran cantidad de ramas de gran tamaño, se corre el riesgo de que se sequen", de ahí que las ramas más pequeñas fuesen retiradas en agosto y se dejasen las más gruesas para la etapa vegetativa de reposo, en la que están en la actualidad.

La poda se realiza con un método peculiar. Los técnicos emplean un sistema de arneses mediante el que se cuelgan del propio árbol y van realizando un corte selectivo de las ramas más deterioradas. "Desde arriba se ve cómo están, cómo es su anclaje, si tienen algún tipo de hongos o de enfermedad; se valora mucho mejor qué se tiene que cortar y qué no", apunta Iglesias.

Además, los cortes que se hacen deben ser perfectos, para no dejar ningún tocón que se pueda pudrir a posteriori y transmitir el deterioro al resto del árbol. El ingeniero técnico forestal recalca que un corte perfecto favorece la compartimentación, es decir, el proceso por el que la corteza reabsorbe el hueco dejado por la rama podada.

Además, los técnicos han aprovechado la madera cortada para convertirla en abono del propio árbol. Las ramas podadas son trituradas y esparcidas alrededor de la vegetación, ya que "son un abono muy bueno". Otra de las acciones aplicadas consistió en el empleo de una 'lanza a presión' que "levanta el suelo y lo airea". El firme sobre el que crece el árbol es determinante, ya que "si está muy compactado, es muy difícil que pueda absorber nutrientes".

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