Una nueva ordenanza permite actuar en suelos inhábiles durante dos años

El Concello enajenará edificios en riesgo de ruina si sus propietarios no los rehabilitan

Solar sin desarrollar desde hace años entre Marcelo Macías y la Avenida de Zamora. (Foto: Xesús Fariñas)
Pese a que desde 1956 la legislación permite que la Administración intervenga en el uso y gestión del suelo, hasta ahora el Concello de Ourense carecía del instrumento de gestión necesario para enajenar los solares que no se desarrollen. Las primeras parcelas intervenidas estarán en Marcelo Macías y O Vinteún, pudiendo ser ampliadas a zonas del casco histórico.
Ciudades como A Coruña cuentan desde hace años con la facultad de poder intervenir en aquellos suelos, solares o inmuebles que no hayan sido urbanizados o rehabilitados (en el caso de edificios con peligro de ruina) en el plazo de dos años. Si bien la legislación permite esta acción a la administración desde 1956 -ya que considera al suelo un bien público ‘no renovable ni recuperable’ y de propiedad colectiva-, la ciudad de Ourense carecía de este instrumento de gestión hasta ahora, al igual que Vigo, que recientemente aprobó inicialmente esta medida.

Con la recientemente aprobada ordenanza municipal reguladora de la edificación forzosa y el registro de solares que lleva adscrito, la Concejalía de Urbanismo rompe así el ‘tabú mental que existía hasta ahora sobre los instrumentos necesarios para administrar, ya que no se trata de una posibilidad, sino de una obligatoriedad’, tal y como reconoce su responsable, Áurea Soto. Explica que este mecanismo persigue que las parcelas clasificadas urbanísticamente para construir no sean pasto de la especulación, así como también evitará situaciones de ruina en inmuebles. De este modo, si sus propietarios no actúan sobre ellos en el plazo de dos años, lo hará el Concello, mediante expropiación o rehabilitación forzosa (cargando los gastos al propietario, en este caso).

En Urbanismo ya están fijados los dos primeros solares sobre los que se ejecutará esta medida. En el primero, situado en la esquina entre Marcelo Macías y la avenida de Zamora, la falta de acuerdo entre sus propietarios lo ha tenido paralizado durante años. En el segundo, situado en la calle Ramón Piñeiro de O Vinteún, fueron los vecinos los que solicitaron esta medida, donde tendrán que repartir los aprovechamientos urbanísticos y normalizar las fincas.

A partir de ahora, los técnicos del Concello analizarán los sola res existentes en la ciudad para decidir cuáles serán los siguientes en ser enajenados. Áurea Soto recuerda que esta medida será clave para el mantenimiento y la rehabilitación del casco histórico, recordando que de haber existido antes este mecanismo de gestión urbanística se hubiesen evitado situaciones como el precinto de tres negocios en la avenida de Pontevedra a principios de este año, donde los propietarios de un edificio evitaron rehabilitarlo, provocando así su estado de ruina.


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