Una charla organizada por Limiar dejó constancia de la necesidad de ampliar la implicación social

Concello y Subdelegación del Gobierno invitan a los vecinos a aportar soluciones al botellón

El botellón es un problema que debe atajarse desde la educación, tanto en la escuela como en el seno familiar, y las fuerzas policiales se reunirán con colectivos vecinales y educativos para aunar esfuerzos con respecto a esta problemática. Estas son las dos conclusiones básicas de la mesa redonda que organizó ayer Limiar con el tema del botellón como protagonista. El subdelegado del Gobierno y el edil de Seguridade aportaron datos sobre esta práctica y garantizaron la ‘total colaboración’ entre las fuerzas de seguridad.
La primera mesa redonda organizada por la federación vecinal Limiar en torno al botellón fue calificada por sus organizadores como un ‘éxito’, a tenor de las conclusiones que allí se expusieron.

El subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, explicó que los dictámenes fijados en la Junta Local de Seguridad se están respetando escrupulosamente, en donde sobresale la estrecha colaboración entre la Policía Nacional y la Policía Local en lo que a preservación del orden público y prevención de actos vandálicos e identificación de menores se refiere. Recordó que están pendientes reuniones entre las Fuerzas de Seguridad y las asociaciones de vecinos y de padres para poner en común estrategias para atajar este problema, y aprovechó para invitar a los representantes vecinales a que se unan a esta propuesta.

El concejal de Seguridade, Fernando Varela, aportó datos sobre el pasado fin de semana, en el que la Policía Local registró tres llamadas relacionadas con el botellón, señalando que en la Alameda llegaron a reunirse 200 jóvenes. También manifestó el edil que en los datos sobre vandalismo no se están produciendo incrementos en la ciudad.

Varela y la concejala ‘popular’ Belén Iglesias protagonizaron uno de los momentos más tensos del debate, en el que la edil reprochó al titular municipal de Seguridade las políticas del bipartito acerca de ruidos, recordando que existe una ordenanza desde 2002 que no se está cumpliendo, según su parecer.

Eladio Gómez, presidente de la Casa da Xuventude, pidió en su turno de palabra que no ‘se criminalizase’ el ocio de los jóvenes, algo en lo que todos los presentes estuvieron de acuerdo. No obstante, el médico Francisco Aramburo alertó del mayor problema que acarrea el botellón: el abuso de alcohol a edades tempranas. Relató que cada fin de semana acuden al servicio de Urgencias menores con coma etílico, algo que considera un grave problema para la salud y pidió una mayor concienciación social sobre ello.

Esa concienciación, unida a un compromiso político ‘claro’, es lo que reclamó la presidente de la asociación de vecinos del Parque Barbaña, Rocío Díaz, que lleva años alertando sobre este problema. Todos los presentes acordaron la búsqueda de una mayor implicación social en este problema, donde también se incluyan las asociaciones de padres, y la redacción de las conclusiones aportadas ayer para entregarlas en el Concello.

Voluntarios


Xuventudes Socialistas propuso hoy al Ayuntamiento de Ourense la puesta en marcha de un proyecto experimental y pionero en Galicia que pretende aportar soluciones a los problemas derivados del botellón en la ciudad, y apostó por vincular esta práctica con el voluntariado y el descanso de los vecinos de las zonas afectadas. La iniciativa, bautizada como ‘Botellón Cívico’, fue presentada esta mañana por el responsable de Xuventudes Socialistas en Ourense, Jonathan Dasilva, a la edil de Participación Cidadá del Ayuntamiento de Ourense, María Devesa. Tras el encuentro, la concejal explicó que el ‘Botellón Cívico’ contaría con un registro en que los jóvenes tendrían que inscribirse para la práctica del botellón en la ciudad, para lo que se les otorgaría un carné.

Esta inscripción supone unas obligaciones para los jóvenes, que tendrían que respetar a los vecinos de las zonas sin hacer ruidos excesivos, recoger la basura y participar en un programa de voluntariado los fines de semana en el que, por grupos, tendrían la tarea de concienciar a los demás para que ‘no se excedan en el consumo de alcohol, no hagan ruido excesivo y que colaboren en la recogida de basura’.


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