MIGRACIÓN

Los extranjeros dejan en Ourense concellos con más jóvenes y menos paro

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Los indicadores económicos muestran el empuje de la inmigración, que todavía no se nota en un repunte de nacimientos

La llegada de inmigrantes a la provincia de Ourense, que está in crescendo, en especial por la población llegada desde Venezuela, empieza a surtir efectos en distintos indicadores económicos y sociales de los lugares con mayor implantación de población extranjera. Así, los concellos con más llegada de personas foráneas nota, por ejemplo, una importante dinamización del empleo, una mayor presencia de menores de edad y una menor tasa de paro, según reflejan las distintas estadísticas oficiales.


Más afiliados


De acuerdo a los últimos datos de la Seguridad Social, los 20 concellos con más porcentaje de gente nacida en el extranjero son los que más afiliados a la Seguridad Social ganan  en los últimos tres años. Salvo A Gudiña o A Mezquita –que han ido perdiendo población foránea a medida que los trabajos del AVE se acababan–, el resto de los 18 municipios con más porcentaje de extranjeros en su población subió de forma drástica su número de afiliados a la Seguridad Social. Es el caso de Avión (26,5% nacidos en e exterior), Beariz (24%) u Oímbra (18%), pero también de grandes villas como Carballiño (17,3%), Celanova (15,3%) o Barbadás (14,5%). Por contra, las villas con menos incidencia de extranjeros, como Xinzo, Ribadavia o A Rúa pierden afiliados en los últimos años. 

De hecho, solo 38 de los 92 concellos ourensanos crecieron en el último trienio en número de trabajadores y, en ese listado, aparecen 18 de los 20 concellos más captadores de población inmigrante.


Menos paro


También se aprecia que las cifras del paro no se resienten en los concellos con más población foránea, sino más bien todo lo contrario. Es el caso de Avión o Beariz, segundo y tercer concello de la provincia con menos tasa de paro, y tampoco en las villas. Así, Xinzo o Ribadavia presentan una tasa de parados superior a la de villas vecinas más influidas por la llegada de inmigrantes en los últimos años como son Celanova o Carballiño. Otro de los criterios que más ponen de relieve la importancia que está teniendo el regreso de inmigrantes es el rejuvenecimiento del rural. "Impedimos que cierren colegios, la escuela deportiva ya tiene un 30% de niños hijos de retornados... Damos vida a todos estos pueblos", apunta Daysi Ramírez, de la asociación Cantaclaro de Celanova. Los datos avalan su teoría.

La influencia de la inmigración se visualiza al comparar la evolución de la población de menores de 16 años en la provincia desde 2017. En tres años, hay 303 menores de 16 años menos en el global de la provincia, y cae esta población en casi todos los concellos, con claras excepciones. Y son precisamente la de los concellos con mayor peso de la inmigración.


Más juventud


Este apartado es el que más refleja el peso que empieza a tener la población inmigrante. Los escasos concellos que consiguen aumentar el número de niños menores de 16 años en su padrón son precisamente los que están a la cabeza de población extranjera. Es el caso de Boborás, que aumenta en 35 menores en tres años, y tiene ya un 15% de extranjeros; Celanova, que fue el concello que más se ha rejuvenecido, con 56 nuevas incorporaciones de menores, Carballiño, donde hay 33 pequeños más respecto a 2017, o Baltar, con 12 menores más y un 12,2% de extranjeros.

 También hay otras excepciones, como Quintela de Leirado, A Gudiña, Avión o Beariz, donde suben los menores empadronados, y que también están en el ranking de los 20 concellos con más población foránea. 


Celanova capitaliza la llegada de venezolanos, que le dan vida


Celanova es, sin duda, la cuna de la llegada de venezolanos a la provincia de Ourense. La comarca celanovesa es la única de toda la provincia que gana población, con los datos cerrados del padrón de habitantes a 1 de enero de 2019. La llegada de inmigrantes, especialmente venezolanos, se ha sentido especialmente en Celanova,  lo que le permitió sumar 64 vecinos más en un año, situándose el número de habitantes a 1 de enero de 2019 pasado año en 17.497, un 0,37% más, en toda la comarca. 

Actualmente, de los 6.120 nacidos en Venezuela que están empadronados en alguno de los 92 municipios ourensanos, Celanova está a la cabeza de población de ese país, en relación a su población. Actualmente hay 436 viviendo en la villa, aunque en números absolutos le superan otras villas como Barbadás, donde son 48 o Carballiño, que escala a 595.  Ourense ciudad roza los 3.000 (2.912). 

"Estamos creciendo cada día más, este año tenemos más, las estadísticas lo comprueban", presume Ramírez, que también reconoce las dificultades para obtener alojamiento, especialmente de los que llegan sin vínculos familiares.  "No solo alquilan una casa, comprar en el supermercado local, participan en las actividades locales. Las escuelas municipales están llenas de niños venezolanos. Aumentó un 30% la población escolar y las escuelas empezaron a repuntar gracias a la llegada de fuera. Estamos colaborando para  que la España Vaciada incremente su población y la gente se quede aquí. 


Carballiño gana músculo nutrido  con vecinos de 55 países diferentes


O Carballiño se consolida como el segundo municipio de la provincia con más habitantes sobrepasando los 14.000 vecinos. En gran medida, esta tendencia al alza se debe a los emigrantes de otros países que se han establecido en la Vila do Arenteiro. Retornados de Latinoamérica, pero también migrantes procedentes del este de Europa, son algunos de sus nuevos residentes. En total, O Carballiño suma 55 nacionalidades diferentes, convirtiéndose en un referente multicultural de la provincia.

La cafetería Vlad Dracul o Súper Candy son algunos de los negocios que han abierto en O Carballiño algunos de sus habitantes procedentes de otros países. Mihail y Natalia Uduli dejaron Rumanía para establecerse en una casa de Avión y dar paso después a O Carballiño. Alberto Simoes dejó Venezuela, su país natal, para regresar a las raíces de su madre ante una situación que no se presentaba positiva en el país latinoamericano. Por último, José Antonio Cota volvió de México para abrir una tienda donde el país azteca será protagonista.

Todos ellos se convierten en un punto de encuentro para su comunidad. “Tenemos aquí nuestra pequeña Rumanía”, cuenta Natalia Uduli desde su negocio Vlad Dracul. Por otro lado, Cota resalta la emigración mexicana: “Muchos ourensanos se fueron a México y aquí podrán encontrar productos para recordar aquellos tiempos”, afirma desde la panadería que regenta. Simoes se queda con el público carballinés más pequeño con su tienda de gominolas Súper Candy: “La villa tiene mucha gente joven con niños”, destaca.

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