Cubos, fregonas y acción vecinal frente a las riadas

Los ourensanos lejos de refugiarse de la tormenta tuvieron que pasar a la acción para tratar de salvar sus negocios y propiedades. Los trabajadores de galerías, bares y otros comercios achicaron durante horas el agua y el barro que el alcantarillado municipal no pudo soportar.

En la carretera de Seixalbo, el bazar Hiper Casa sufrió los efectos de la tormenta y tuvo que paralizar su tienda: “Se inundó todo, hicimos lo que pudimos para vaciarlo, fue una situación horrible”, explica la regidora.

Ramona, la dueña de la cafetería “O de Sempre” de la avenida de Zamora, una de las zonas más afectadas, lamentó la incontrolable situación para la que tuvieron que llamar a los bomberos “porque por mucho que llenábamos cubos, el agua no dejaba de salir”, explicó. Los propios clientes se pusieron también manos a la obra. Además, las oficinas del mismo espacio también tuvieron problemas y paralizaron su jornada laboral.

Desde el Cafe Arábica, en Os Remedios, la propietaria señaló que tuvo que salir a abrir la alcantarilla ella misma “porque el agua no paraba de salir y nos temíamos lo peor”.

Serrá Martiñá vivió una experiencia casi apocalíptica, las riadas bajaban violentas calle abajo y cubrieron los coches por encima de las ruedas. Sus vecinos calculaban “entre 20 y 30 coches inundados” y afirman que tuvieron que colocar un colchón en algunos portales para que el agua no llegase al ascensor. “El agua también salía por los fregaderos de los primeros pisos”, señalaba María José Parada, una vecina del barrio ourensano.

El colapso llegó incluso al CHUO, donde “unas intensas goteras” requieron cubos, fregonas y mucho trabajo para solventar el problema.