El exconcejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, fue el principal impulsor del parque de Montealegre, un proyecto que se ha visto envuelto en la polémica en este recién empezado mandato municipal.
¿Le parece que Montealegre es el proyecto que usted empezó?
No sé lo que se va a abrir, porque en estos momentos no está claro desde la concejalía el uso final que va a tener el espacio, pero parece que no es lo que en principio se había diseñado en la época en la que yo era concejal. De todas formas, el que gobierna decide y, por tanto, es una decisión de la concejala y nada más.
La concejala (Marta Arribas) decidió cerrarlo. ¿Era necesario?
No. Aquí ha habido muy malas interpretaciones e incluso ha sido una bola de nieve que ha ido creciendo. Más allá de que la apertura al público fuera una decisión política, se hizo en base a unos criterios técnicos. En el momento en que los directores de obra nos dicen que la obra vale para abrir al público, lo hacemos. Es más, en mayo yo pregunté a la dirección si se podía abrir y me dijeron que 'se pudo haber abierto hace un mes' e incluso que era necesario porque tener el parque cerrado ocasionaría actos vandálicos.
Aún así, los hubo.
Sí, porque desde el momento en que abandoné la Concejalía, la gestión tenía que continuar. El botánico se dejó abierto con un personal y había que ir incrementando poco a poco los niveles de seguridad. Los actos vandálicos ocurren en todos los parques pero si hay una coordinación en la vigilancia se pueden minimizar. Más que vandalismo, lo que ha habido son auténticos ataques que fueron directamente a intentar hundir el botánico. Cuando se prende fuego, no es un acto vandálico, es un delito.
Con todo, el parque se cerró porque se detectaron deficiencias.
En un momento hubo una crítica de la oposición respecto a que el parque tenía carencias, no tenía seguridad... y es mentira. La oposición mintió y lo hizo de forma sibilina y populista. Mintió porque aquello tenía todas las condiciones de seguridad y así lo decían los técnicos. El proyecto ha sido supervisado por técnicos del Concello, ¿cómo un técnico va a pasar un proyecto que no lleve agua ni luz? Se puede acreditar tan fácilmente como yendo a Aquagest y ver cuándo se ha realizado el enganche del agua . Y en la luz eléctrica, lo mismo. Hay que ir a Gas Natural y preguntar cuándo se ha solicitado la luz de obra y el transformador. Este tema fue un poco perverso porque se partió de que había unos árboles secos y una pintada y ha ido creciendo hasta que hubo que cerrar porque había carencias. Pues no. Lo que se ha hecho es completar lo que faltaba.
A lo largo de este proceso se han sucedido una serie de declaraciones en las que yo no voy a entrar, aunque reitero que fue la dirección de obra la que dijo que se podía abrir y que, además, se debía abrir. ¿Que se pudo haber esperado más? Efectivamente, pero los proyectos de botánicos no admiten ningún tipo de parón y ese es uno de los grandes problemas que hay hoy. Es algo muy complejo y hay que trabajarlo todos los días del año.
¿Cree que Arribas lo ve así?
No lo sé. Creo que no se tienen las cosas claras sobre el uso que se le va a dar, pero que es más bien porque se cree que el botánico ha de empezar al 100% desde el minuto uno y no es así. Son proyectos que tienen que ir muy poco a poco y por eso siempre hablábamos de que había que vincularlo a la investigación. Está claro que en 2011 cualquier botánico debe ir inexorablemente unido a investigación. Si no es así, no hay botánico.
¿Había algo concretado?
Había dos proyectos muy incipientes pero reales. Se había hablado con la Fundación Biodiversidad sobre un pequeño proyecto de divulgación del parque. Después, teníamos el interés de una empresa que quería investigar sobre fijación de taludes de obra y una tercera línea en la que trabajábamos con la Universidad, sin cerrar pero avanzada, para hacer el catálogo de las especies del parque. Ese es el trabajo de arranque, pero era muy incipiente cuando dejé esto. De todas formas, había un comité científico formado por gente de la Universidad, por el botánico Vicente Gracia y una persona de Tragsa.
¿Por qué no siguió este comité?
No lo sé. Eso hay que preguntarlo en la Concejalía.
¿Alguna vez se ha reunido con Marta Arribas?
No. En el periodo de intercambio hablé con ella dos veces de forma muy fugaz pero no hemos vuelto a hablar del tema.
Si Montealegre fuese sólo un parque forestal, ¿sería un fracaso?
Para mí sería una gran desilusión. Es cierto que Ourense tendría 150.000 metros cuadrados más de zonas verdes pero al final no habremos avanzado nada. Lo que tenemos que meternos en la cabeza es que el medio ambiente no es ya cuidar una planta, hoy tiene que ir buscando la investigación y el desarrollo.
¿Se siente respaldado por sus excompañeros?
En un pleno en el que se debatió el tema, defendieron el proyecto. Demetrio Espinosa lo único que ha hecho fue poner una idea encima de la mesa. A partir de ahí, la defensa ha de ser del proyecto, no de la persona.
¿Cambiaría algo del proyecto?
Es muy novedoso y se han cometido errores. Probablemente, en la planificación de las plantaciones, en los circuitos... Pero eso no influye para nada en la gestión. Lo realmente molesto es que se han transmitido deficiencias que no eran tal porque la obra estaba inacabada.
No sé lo que se va a abrir, porque en estos momentos no está claro desde la concejalía el uso final que va a tener el espacio, pero parece que no es lo que en principio se había diseñado en la época en la que yo era concejal. De todas formas, el que gobierna decide y, por tanto, es una decisión de la concejala y nada más.
La concejala (Marta Arribas) decidió cerrarlo. ¿Era necesario?
No. Aquí ha habido muy malas interpretaciones e incluso ha sido una bola de nieve que ha ido creciendo. Más allá de que la apertura al público fuera una decisión política, se hizo en base a unos criterios técnicos. En el momento en que los directores de obra nos dicen que la obra vale para abrir al público, lo hacemos. Es más, en mayo yo pregunté a la dirección si se podía abrir y me dijeron que 'se pudo haber abierto hace un mes' e incluso que era necesario porque tener el parque cerrado ocasionaría actos vandálicos.
Aún así, los hubo.
Sí, porque desde el momento en que abandoné la Concejalía, la gestión tenía que continuar. El botánico se dejó abierto con un personal y había que ir incrementando poco a poco los niveles de seguridad. Los actos vandálicos ocurren en todos los parques pero si hay una coordinación en la vigilancia se pueden minimizar. Más que vandalismo, lo que ha habido son auténticos ataques que fueron directamente a intentar hundir el botánico. Cuando se prende fuego, no es un acto vandálico, es un delito.
Con todo, el parque se cerró porque se detectaron deficiencias.
En un momento hubo una crítica de la oposición respecto a que el parque tenía carencias, no tenía seguridad... y es mentira. La oposición mintió y lo hizo de forma sibilina y populista. Mintió porque aquello tenía todas las condiciones de seguridad y así lo decían los técnicos. El proyecto ha sido supervisado por técnicos del Concello, ¿cómo un técnico va a pasar un proyecto que no lleve agua ni luz? Se puede acreditar tan fácilmente como yendo a Aquagest y ver cuándo se ha realizado el enganche del agua . Y en la luz eléctrica, lo mismo. Hay que ir a Gas Natural y preguntar cuándo se ha solicitado la luz de obra y el transformador. Este tema fue un poco perverso porque se partió de que había unos árboles secos y una pintada y ha ido creciendo hasta que hubo que cerrar porque había carencias. Pues no. Lo que se ha hecho es completar lo que faltaba.
A lo largo de este proceso se han sucedido una serie de declaraciones en las que yo no voy a entrar, aunque reitero que fue la dirección de obra la que dijo que se podía abrir y que, además, se debía abrir. ¿Que se pudo haber esperado más? Efectivamente, pero los proyectos de botánicos no admiten ningún tipo de parón y ese es uno de los grandes problemas que hay hoy. Es algo muy complejo y hay que trabajarlo todos los días del año.
¿Cree que Arribas lo ve así?
No lo sé. Creo que no se tienen las cosas claras sobre el uso que se le va a dar, pero que es más bien porque se cree que el botánico ha de empezar al 100% desde el minuto uno y no es así. Son proyectos que tienen que ir muy poco a poco y por eso siempre hablábamos de que había que vincularlo a la investigación. Está claro que en 2011 cualquier botánico debe ir inexorablemente unido a investigación. Si no es así, no hay botánico.
¿Había algo concretado?
Había dos proyectos muy incipientes pero reales. Se había hablado con la Fundación Biodiversidad sobre un pequeño proyecto de divulgación del parque. Después, teníamos el interés de una empresa que quería investigar sobre fijación de taludes de obra y una tercera línea en la que trabajábamos con la Universidad, sin cerrar pero avanzada, para hacer el catálogo de las especies del parque. Ese es el trabajo de arranque, pero era muy incipiente cuando dejé esto. De todas formas, había un comité científico formado por gente de la Universidad, por el botánico Vicente Gracia y una persona de Tragsa.
¿Por qué no siguió este comité?
No lo sé. Eso hay que preguntarlo en la Concejalía.
¿Alguna vez se ha reunido con Marta Arribas?
No. En el periodo de intercambio hablé con ella dos veces de forma muy fugaz pero no hemos vuelto a hablar del tema.
Si Montealegre fuese sólo un parque forestal, ¿sería un fracaso?
Para mí sería una gran desilusión. Es cierto que Ourense tendría 150.000 metros cuadrados más de zonas verdes pero al final no habremos avanzado nada. Lo que tenemos que meternos en la cabeza es que el medio ambiente no es ya cuidar una planta, hoy tiene que ir buscando la investigación y el desarrollo.
¿Se siente respaldado por sus excompañeros?
En un pleno en el que se debatió el tema, defendieron el proyecto. Demetrio Espinosa lo único que ha hecho fue poner una idea encima de la mesa. A partir de ahí, la defensa ha de ser del proyecto, no de la persona.
¿Cambiaría algo del proyecto?
Es muy novedoso y se han cometido errores. Probablemente, en la planificación de las plantaciones, en los circuitos... Pero eso no influye para nada en la gestión. Lo realmente molesto es que se han transmitido deficiencias que no eran tal porque la obra estaba inacabada.
