La Confederación opta por construir una planta ‘convencional’ por su económico mantenimiento

La depuradora estará a 250 metros de la actual y su capacidad llegará hasta 160 mil personas

Jorge Marquínez, Francisco Rodríguez y Francisco Fernández Liñares.  (Foto: Pablo Araújo)
Entre la actual planta y el parque de Outariz se ubicará la nueva estación depuradora de aguas residuales de la ciudad. O sea, permanecerá en Reza y a tan sólo 250 metros aguas abajo de la presente Edar. Será una instalación de última tecnología y estará preparada para atender a una población de 160.000 habitantes.
Se desveló el misterio y no hubo sorpresas. La nueva estación depuradora de aguas residuales (Edar) de la ciudad estará ubicada en Reza y a tan sólo unos metros aguas abajo de la actual instalación, lo que la sitúa a 250 metros de distancia sobre las viviendas más próximas. En concreto, ocupará la franja de terreno existente entre el final de la vigente planta y el conocido como parque de Outariz, con un coste de ejecución que rondará los 60 millones de euros.

La decisión no ha sido bien recibida entre los vecinos de Reza, pero para los ingenieros de la empresa encargada de hacer el estudio de alternativas (Fulcrum), respaldados por los organismos de cuenca del Miño-Sil y del Cantábrico y por el Concello, la ubicación no tiene discusión dado que se trata, alegan, del lugar más idóneo, en base a los criterios de impacto ambiental, coste económico y viabilidad técnica (será necesario expropiar una vivienda y una instalación hostelera así como cambiar el trazado de la carretera paralela al río para ampliar el espacio entre la vía y el cauce en ese punto).

El único inconveniente, según reconoció el presidente de la Confederación del Cantábrico, Jorge Marquínez, es la cercanía a núcleos habitados. Explicó que ‘ni esta depuradora ni las que se construyen en el norte’, pueden ubicarse, por la dispersidad poblacional, a la distancia de 2.000 metros de las viviendas, como fijaba el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (RAMINP) del año 61, hoy derogado, y por lo que se ilegalizó la actual.

En todo caso, para minimizar cualquier molestia a los vecinos (olores, ruidos), la nueva Edar será, explicaron, una planta con la última tecnología disponible, aunque queda por dilucidar si será un planta convencional o de membranas. En principio la mejor valorada es la primera de ellas porque, aunque las dos son de última generación y ofrecen ‘una gran calidad de agua’ y aunque implica un coste superior de ejecución dado que es una depuradora más grande, los costes de producción son bastante más económicos.

Asimismo, la parcela que hoy ocupa la depuradora se transformará en zona verde que hará de ‘tapón’ entre las viviendas y la nueva planta, indicó el alcalde, Francisco Rodríguez.

La puesta en marcha de la nueva Edar, con capacidad para atender una población de 160.000 habitantes, podría demorarse cinco años, tres de ellos de construcción y unos dos años previos de tramitaciones, que serán ‘agilizadas’ para dar cumplimiento ‘cuanto antes’ a la sentencia judicial.

Será ‘a mellor e canto antes’

El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares, que toma ahora el mando sobre el futuro de la nueva estación depuradora, aseguró ayer que asume ‘dous compromisos firmes’ con este asunto. Así, indicó que ‘a Confederación non escatimará recursos para que sexa unha planta modélica, coa última tecnoloxía aínda que a explotación sexa un pouco máis cara’ y que trabajará con ‘velocidade’ para avanzar en un proyecto ‘moi importante para a cidade e que ten detrás unha resolución xudicial’. Asimismo, el ahora presidente del organismo de cuenca del Cantábrico, Jorge Marquínez, incidió en la ‘necesidad de que sea segura judicialmente’ para evitar problemas como el que tiene ahora la actual Edar. Así, garantizó que ‘la tramitación hecha hasta ahora es absolutamente segura’ y brindó su colaboración al nuevo organismo.

Por su parte, el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, mostró su satisfacción porque la nueva ubicación ‘cumple’ el catálogo de condiciones pactado entre el Concello y la Confederación, entre las que se encontraba que no se construyese o ampliase sobre la actual planta depuradora, así como su demolición y la recuperación ambiental de la parcela. E incidió en que, tras una década con este problema ‘heredado’, se consiguió solucionar ‘nun plazo récord dun ano’.

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