Un nuevo vertido al río Miño, detectado ayer a la altura de la estación depuradora de Reza, en las inmediaciones de Outariz, dejó durante la tarde una perceptible estela grisácea a las orillas del cauce, así como un desagradable olor que provocó la alarma entre las personas que transitaron por la zona.
Fuentes de Aquagest Galicia confirmaron que el vertido, el segundo en menos de quince días, se originó 'en una hora punta de bombeo en la que se superó la capacidad de tratamiento de la planta depuradora'. Asimismo, precisaron que esta situación se debió a que esta empresa -que gestiona el ciclo de tratamiento del agua- está pendiente de que el Concello recepcione seis puntos de bombeo construidos hace poco, en período de entrega por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS) y que, hasta entonces, se pueden producir estos desajustes, 'al no poder coordinar los flujos de forma correcta con la central'. Con todo, indicaron que el vertido entra dentro de 'los límites'. Por último, el presidente de la CHMS, Francisco Marín, confirmó este último extremo para, acto seguido, explicar que la contaminación 'se produjo en el aliviadero de la central' y que los técnicos de la entidad recogieron muestras por si 'los parámetros fuesen anormales, iniciar un proceso sancionador'. En el lugar se personó también la Policía Autonómica a las 16,40 horas.
