Jóvenes ourensanos se sienten estafados en compras de ropa realizadas a través de internet
Diego V.S., de 24 años, realizó junto a unos amigos varias compras de ropa por internet el pasado domingo. Seis días después aguarda que su pedido de 140 euros y posterior entrega a las 24 horas le llegue a casa, porque, además, abonó 9,90 euros por el porte (la página no daba opción de entrega en tienda).
La compra la realizó en una página web (zaraese.com) que se publicita sin cortapisas en las redes sociales y que en apariencia simula pertenecer a la firma más emblemática del grupo Inditex. El mismo logotipo corporativo, diseño de la web, idéntica forma de navegación y hasta las mismas modelos que en temporada publicitan los productos, aunque con una diferencia incontestable: la ropa está hasta un 70% más barata, lo que sirve de reclamo exitoso ante los compradores online. "Nosotros compramos la ropa creyendo que se trataba de una página en la que Zara ponía la venta ropa en stock o incluso con pequeñas taras", explica Diego, para añadir que sus sospechas de que se trataba un timo comenzaron a cobrar entidad cuando buceando en distintos foros de internet descubrió los testimonios de otras supuestas víctimas.
La propia compañía se limitó a decir a este diario que su forma de proceder ante un caso así consiste en trasladar la incidencia a su gabinete jurídico para que actúe en consecuencia.
El especialista en delitos informáticos de la Comisaría de As Lagoas, el inspector Bernardo Deprado, cree que esta presunta estafa detectada en Ourense es una modalidad de phising en el que la finalidad es inducir una compra fraudulenta. "En el phising personas normalmente radicadas en el extranjero simulan mensajes de correo electrónico o páginas web de bancos para que la gente revele datos confidenciales como números de cuenta o pins de tarjetas para perpetrar delitos contra el patrimonio pero, en este caso, la finalidad es otra: la simulación de ventas de productos", explica el inspector.
La Policía Nacional insiste en la importancia de denunciar estos casos para así poder cerrar las páginas, aunque reconoce que "como las cantidades estafadas muchas veces son pequeñas la gente no acude a la Comisaría y simplemente deja constancia en foros y deja de comprar". Sólo así las fuerzas de seguridad tienen potestad para solicitar mandamiento judicial de cara a saber la ubicación del sitio web, el servidor que está utilizando y a quién pertenece la IP. El último paso sería trasladar toda la información a la autoridad judicial para que autorice su clausura. En el caso de que sus responsables residan en el extranjero, hay que acudir a una comisión rogatoria, lo que podría prolongar los pasos entre uno y dos meses, dependiendo del país.
