La Audiencia dejó visto para sentencia el juicio seguido contra Xacobe Barxa Fernández(45 años) por un delito de tráfico de drogas, en el cual la representante del ministerio fiscal reclamó una pena de cuatro años de prisión mientras que la defensa planteó la absolución en tanto que los 25 gramos de heroína incautados en su poder estaban, según dijo el acusado, destinados al autoconsumo.
El inculpado fue parado en un control de la Policía Nacional en el barrio de Covadonga. Sobre el asiento delantero, en una pequeña bolsa guardada en una funda de gafas, había 24,8 gramos de heroína que en ningún momento, tal como confirmó la Policía, trató de ocultar.
Barxa Fernández declaró ayer que la heroína intervenida era para su consumo en tanto que se reconoció consumidor de drogas desde hacía años -hasta un gramo diario-. Precisamente, el día de su detención, el 31 de julio de 2011, aseguró que bajaba de comprar casi 25 gramos de heroína porque se iba a ir en agosto un mes de vacaciones con su familia a las Rías Baixas. En el lugar de destino vacacional no conocía a posibles suministradores, de ahí que optase, según dijo, por adquirir una cantidad con la que ir abasteciéndose durante varios días. En la inspección del coche -no hubo registro en la vivienda-no aparecieron útiles destinados a la venta de droga.
CONTRADICCIÓN
Por su parte, la fiscal puso en tela de juicio la versión del acusado ya que, tal como declararon dos policías, subía a Covadonga, no bajaba cuando fue interceptado en la Rampa Zaragoza a gran velocidad. Asimismo, la acusación pública hizo hincapié en que, según la pareja del inculpado, en ese momento estaba con un tratamiento de metadona lo que, a juicio de la fiscal, hace difícil encajar el consumo simultáneo de ambas sustancias.
La droga intervenida tenía una pureza del 33,40%, susceptible de ser repartida, según los peritos, en 379 dosis, lo que podría generar cerca de 1.500 euros en el mercado negro.
La letrada del inculpado centró la defensa en cuatro aspectos. Resaltó la toxicomanía de Barxa Fernández así como la ausencia de útiles que hagan sospechar que la droga estaba preordenada al tráfico, esto es, que fuera a ser dividida en dosis para el trapicheo. Asimismo, hizo hincapié en la actitud colaboradora del acusado una vez que se le dio el alto y en el hecho de que no llevase oculta la heroína.
Barxa Fernández declaró ayer que la heroína intervenida era para su consumo en tanto que se reconoció consumidor de drogas desde hacía años -hasta un gramo diario-. Precisamente, el día de su detención, el 31 de julio de 2011, aseguró que bajaba de comprar casi 25 gramos de heroína porque se iba a ir en agosto un mes de vacaciones con su familia a las Rías Baixas. En el lugar de destino vacacional no conocía a posibles suministradores, de ahí que optase, según dijo, por adquirir una cantidad con la que ir abasteciéndose durante varios días. En la inspección del coche -no hubo registro en la vivienda-no aparecieron útiles destinados a la venta de droga.
CONTRADICCIÓN
Por su parte, la fiscal puso en tela de juicio la versión del acusado ya que, tal como declararon dos policías, subía a Covadonga, no bajaba cuando fue interceptado en la Rampa Zaragoza a gran velocidad. Asimismo, la acusación pública hizo hincapié en que, según la pareja del inculpado, en ese momento estaba con un tratamiento de metadona lo que, a juicio de la fiscal, hace difícil encajar el consumo simultáneo de ambas sustancias.
La droga intervenida tenía una pureza del 33,40%, susceptible de ser repartida, según los peritos, en 379 dosis, lo que podría generar cerca de 1.500 euros en el mercado negro.
La letrada del inculpado centró la defensa en cuatro aspectos. Resaltó la toxicomanía de Barxa Fernández así como la ausencia de útiles que hagan sospechar que la droga estaba preordenada al tráfico, esto es, que fuera a ser dividida en dosis para el trapicheo. Asimismo, hizo hincapié en la actitud colaboradora del acusado una vez que se le dio el alto y en el hecho de que no llevase oculta la heroína.
