ASESINATOS EN OURENSE

Diez muertes impunes en las últimas dos décadas en la provincia

OURENSE

Ninguno de estos casos está prescrito y podrían ser reabiertos ante nuevas pruebas incriminatorias

El caso del párroco de Vilanova, Adolfo Enríquez Méndez, se suma a los homicidios sin resolver y cuyos autores están en libertad. Entre ellos está uno muy reciente, el de Manuel Árias Prado, de 86 años, que fue hallado muerto el pasado mes de octubre en su vivienda de Chao do Castro, en O Bolo. La Guardia Civil recabó datos entre vecinos y sus familiares, a los que llegó a tomar muestras de saliva para determinar el ADN. La Guardia Civil desplazó al lugar a un grupo de expertos pero, a día de hoy, aún no encontraron pruebas que permitan esclarecer el caso.

Alguno de ellos ya data desde el año 1997. Entonces, falleció Francisco Álvarez por las presuntas puñaladas que le asestó Enríque C.R., que aún no fue encontrado por las fuerzas de seguridad. Dos años más tarde, pasaban a engrosar la lista de casos sin resolver Rita Iglesias (60 años), que fue hallada muerta en su vivienda de Quintela de Calvelle, en Pereiro de Aguiar, y Remedios Justo, que fue violada y estrangulada en su domicilio de O Polvorín (Ourense). 

En la tarde del 17 de marzo 1999, agentes del Seprona hallaron el cadáver de un recién nacido en un remanso del río Sil, a su paso por Vilamartín de Valdeorras. Los restos del menor estaban envueltos en bolsas de plástico y aún no fueron identificados sus padres y resto de familiares.

La lista negra aumentó en el año 2010 con el fallecimiento de José Dias Oliveira, que fue hallado muerto de un disparo en San Lorenzo de Piñor (Barbadás). El fallecido salía de su casa para depositar una bolsa de basura en el contenedor.

Tampoco fueron detenidos los autores de la muerte de César González Blanco (85 años) en diciembre del 2001. El octogenario fue degollado.

En marzo del 2004, el hallazgo de un cadáver completamente calcinado tras el edificio de la antigua cárcel de la calle Progreso de la ciudad, conmocionó a la población. Era el de Marina Boo. La Policía Nacional detuvo a un sospechoso, pero el juez lo dejó en libertad (sin imputación) ante la falta de pruebas.

Continúa sin cumplir condena el asesino del matrimonio  formado por José Martínez y María Teresa Campos. Ambos fueron abatidos a tiros cuando estaban trabajando en el huerto de su vivienda de Amendo, en Taboadela. Las fuerzas de seguridad llegaron a detener a su hijo, que fue imputado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense, pero la Audiencia Provincial lo exoneró al considerar que no había pruebas para sentarlo en el banquillo.

En la crónica negra está Socorro Pérez (43 años), cuyo cadáver fue hallado el 2 de mayo del 2015 en los alrededores del Alto del Seminario. En este caso, la Policía Nacional mantiene abierta la investigación para detener al autor. 

Ninguno de estos casos está prescrito y podrían ser reabiertos ante nuevas pruebas incriminatorias. 

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