Elías León, director de "El Circo de los Muchachos": "El cura era una persona profundamente humana, con todo lo que eso implica"

Este viernes es el estreno mundial, en exclusiva en Prime Video, de la docuserie de cinco capítulos “El Circo de Los Muchachos”, del cineasta santanderino Elías León Siminiani. Este ha contado con una amplia base documental y aportaciones tanto del archivo de Telemiño como del diario La Región.

¿Cómo surgió la idea de esta docuserie?

Lo cierto es que esta historia vino a mí en dos ocasioens. Primero cuando estaba trabajando en la producción “800 metros”, hará tres o cuatro años, y conocí a Xavi Eirís, que me vino con casi 800 horas de archivo en torno al proyecto de la Ciudad de Los Muchachos y me fascinó desde el principio. Pero en esa ocasión no prosperó el proyecto porque era muy difícil generar la cadena de derechos de autor e imagen de tanto material y tan diverso. Dos años después, me llamaron de Vaca Films diciéndome que tenían este material y este proyecto, les dije que si eran capaces de generar la cadena de derechos, que estaba dispuesto a hacerla. Lo consiguieron con Amazon Prime Vídeo y me lancé, añadiendo a esas 800 horas de testimonios, las aportaciones de Telemiño o el diario La Región, además de otros fondos documentales.

¿Un proyecto, el de Benposta, que nace de la pasión del padre Silva por una película?

En el capítulo uno de la docuserie recordamos cómo vio en el cine Xesteira la película de Spencer Tracy sobre el padre Flanagan, le fascinó y se obsesionó con crear algo así en el rural ourensano. En el documental recogemos los testimonios de amigos, hoy nonagenarios, del cura, que cuentan cuántas veces vieron en el cine esta película con el padre Silva cuando este era aún un niño.

Una idea que al final se haría realidad.

Dura desde el año 56 hasta la muerte del cura en 2011, pero perdura en el tiempo hasta hoy día en algunas de sus sedes. Porque el proyecto del padre Silva llegó a tener más de 10 sedes repartidas por el mundo, y se mantiene aún vivo en las de Leganés, en Madrid, y Colombia.

¿Cómo llegó a producirse esa expansión de la idea?

El hecho es que el Circo de Los Muchachos iba de gira por todo el mundo y llevaba todo un mensaje, el del padre Silva, y donde prendía ese mensaje se acababa fundando otra Benposta; y prendió mucho, en Suramérica sobre todo. Esa filosofía educativa del padre Silva se explica en el capítulo dos de la docuserie. Lo cierto es que el circo llegó a eclipsar el proyecto educativo, pero Benposta tenía dos caras en los 70: su proyecto vital y educativo, y el circo, que llegó a ser una institución, como es el Circo del Sol hoy en día.

Se habla también en el documental de las sombras de esta utopía.

El proceso de deterioro de Benposta es un proceso lento pero inexorable, que lamentablemente arranca con el paso a la democracia y la transición. La propia institución no es capaz de adaptarse a los tiempos. Benposta tenía su sentido en la España rural de la dictadura, cuando había un déficit educativo en estas zonas rurales que la Ciudad de los Muchachos ayudó a cubrir, pero con la llegada de la democracia, esto cambió. A esto se unió el conflicto con la Xunta por los terrenos donde se ubica Benposta, porque era la vía natural de expansión de la ciudad de Ourense, y, por otro lado, los propios niños de Benposta se rebelaron contra la figura del cura.

Se recogen también episodios de maltrato

Se producen tras la gira del 78 y son fruto de la propia decadencia de la institución, que no abandonaba su estricto régimen de internado. Hablamos, eso sí, de maltrato o abandono de los niños mayores a los pequeños, no de abusos sexuales o de otro tipo.

¿Cuál sería la conclusión del documental?

El cura, como le llamaban, era una persona profundamente humana, con todo lo que eso implica. Fue un visionario, un personaje más grande que la vida, y su proyecto benefició a muchos niños del rural gallego y en otros países. Su método educativo sigue estudiándose hoy en día.