El nacionalismo es un tema vacío en el fondo. Su fracaso es la evidencia más clara del éxito de la transición. Los partidos nacionalistas son ya partidos auxiliares para mantener en el poder al PSOE. Estas fueron algunas de las aseveraciones que el político Gabriel Elorriaga realizó en la conferencia que impartió en Ourense. El ex diputado y ex senador del PP presentó su último libro, En el camino de la concordia, que, según dijo, termina con vocación a la soberanía de todos los ciudadanos iguales dentro del territorio español, en el Foro La Región.
El político Gabriel Elorriaga afirmó ayer en Ourense que el nacionalismo es un tema vacío en el fondo y su fracaso es la evidencia más clara del éxito de la transición. El ex diputado (1982-1996) y ex senador (1996-2004) del PP realizó estas afirmaciones durante la conferencia que impartió en el Centro de Desenvolvemento de Caixanova, dentro del Foro La Región. Con el título Concordia y oposición, su intervención giró en torno a su último libro El camino de la concordia. De la cárcel al Parlamento.
Aunque defendió las razones de identidad que definen al País Vasco, Cataluña o Galicia -son respetables, entrañables y queridas, dijo-, consideró que éstas deben ser promovidas en sus niveles más altos de definición nunca como un objetivo político, sino humano. En este sentido, aseveró que los partidos nacionalistas son ya partidos auxiliares o complementarios para mantener en el poder al PSOE, al mismo tiempo que criticó el uso de la lengua como arma política. Hoy hay una presión política de los grupos que apoyan a un determinado partido para llegar al gobierno, por el equilibrio que hay entre el PP y el PSOE. Este abuso puede tener consecuencias malas para nosotros. Esto, según señaló, fue un error de los padres de la constitución, que dejaron un campo sin límites a esta posibilidad de chantaje al dar competencias a los nacionalismos fuera de su territorio.
Como conclusión, dijo que en un país con cuatro idiomas, las autonomías con lengua propia deben ser bilingües y no la sociedad española hablar las cuatro lenguas. Esta es al apuesta y lo que impondrá el sentido común.
Aunque defendió las razones de identidad que definen al País Vasco, Cataluña o Galicia -son respetables, entrañables y queridas, dijo-, consideró que éstas deben ser promovidas en sus niveles más altos de definición nunca como un objetivo político, sino humano. En este sentido, aseveró que los partidos nacionalistas son ya partidos auxiliares o complementarios para mantener en el poder al PSOE, al mismo tiempo que criticó el uso de la lengua como arma política. Hoy hay una presión política de los grupos que apoyan a un determinado partido para llegar al gobierno, por el equilibrio que hay entre el PP y el PSOE. Este abuso puede tener consecuencias malas para nosotros. Esto, según señaló, fue un error de los padres de la constitución, que dejaron un campo sin límites a esta posibilidad de chantaje al dar competencias a los nacionalismos fuera de su territorio.
Como conclusión, dijo que en un país con cuatro idiomas, las autonomías con lengua propia deben ser bilingües y no la sociedad española hablar las cuatro lenguas. Esta es al apuesta y lo que impondrá el sentido común.
