La Policía sospecha que el presunto autor del asesinato de Purificación Vispo, una ourensana residente en Caracas, es un empleado que estaba desaparecido desde el día del crimen. De su identidad sólo trascendió que responde al nombre de César y es de nacionalidad colombiana, según informaciones recogidas en el diario El Universal.
La Policía Científica de Venezuela ha dado a conocer las características físicas del presunto autor de la muerte violenta. Según estos datos, la edad está comprendida entre los 35 y los 40 años, su tez es morena clara y mide 1,60 metros de estatura aproximada.
Tal y como sostiene el rotativo caraqueño, 'cuando se iniciaron las investigaciones, los funcionarios comenzaron a recoger evidencias de interés criminalístico', lo que los llevó a desconfiar de uno de los seis empleados que tenía Vispo. El sospechoso no había acudido a declarar cuando lo solicitó la Policía, lo que despertó las conjeturas.
Purificación Vispo fue hallada muerta por su hijo en el taller de costura donde trabajaba en Caracas, el pasado nueve de septiembre. Aunque al principio los investigadores barajaron el robo como hipótesis del crimen, el descubrimiento de que la víctima era prestamista, al darse cuenta de que faltaba la libreta donde la ourensana llevaba las cuentas, los llevó a pensar en la venganza. La Policía también confirmó que había sido atacada con una de las tijeras de costura de su propio taller.
Tal y como sostiene el rotativo caraqueño, 'cuando se iniciaron las investigaciones, los funcionarios comenzaron a recoger evidencias de interés criminalístico', lo que los llevó a desconfiar de uno de los seis empleados que tenía Vispo. El sospechoso no había acudido a declarar cuando lo solicitó la Policía, lo que despertó las conjeturas.
Purificación Vispo fue hallada muerta por su hijo en el taller de costura donde trabajaba en Caracas, el pasado nueve de septiembre. Aunque al principio los investigadores barajaron el robo como hipótesis del crimen, el descubrimiento de que la víctima era prestamista, al darse cuenta de que faltaba la libreta donde la ourensana llevaba las cuentas, los llevó a pensar en la venganza. La Policía también confirmó que había sido atacada con una de las tijeras de costura de su propio taller.
