TRIBUNALES / OURENSE

Se enfrenta a 26 años y medio de cárcel por el atraco a una joyería en 2006

Víctor Hugo G., se había fugado del país tras conocer la detención de los otros dos implicados en el robo

Un hombre llamado Víctor Hugo G. se enfrenta mañana a 26 años y medio de prisión, acusado de dos delitos de detención ilegal, robo con violencia y un delito de allanamiento de morada, por el atraco en Ourense a la joyería Cota en junio de 2006, perpetrado supuestamente por él junto a otras dos personas que ya fueron juzgadas, incluido su hermano, Miguel Ángel, finalmente absuelto.

Según han indicado fuentes judiciales, el fiscal solicita la pena de 26 años y medio de prisión para el acusado, quien se había fugado del país tras conocer la detención de los otros dos implicados.

Dicho acusado fue localizado en Argentina y extraditado en 2013 a España, donde ingresó en prisión provisional por esta causa.

En lo que respecta a los otros dos implicados, uno de ellos fue absuelto, en concreto el hermano del fugado, y el otro, condenado a 21 años de cárcel.

Los asaltantes, según parece, fueron a la vivienda de la propietaria de la joyería Cota, situada en la céntrica calle Bedoya, y ataron de pies y manos a la empleada del hogar que allí estaba, además de llevarse a los dos hijos de la propietaria del domicilio, de 4 y 5 años, a una habitación.

Al llegar la dueña de la vivienda, los ladrones la abordaron también y la intimidaron con una pistola. Al constatar que en la casa no había caja fuerte, se llevaron a la mujer a la joyería que regentaba, donde cogieron todas las joyas y unos 9.000 euros en efectivo, así como diversos relojes de vitrinas, por un valor total de 332.541 euros.

La fiscalía atribuye a Víctor Hugo un papel importante, al considerar que fue quien encañonó a la víctima al llegar a su domicilio y quien la llevó a la joyería y le ordenó abrir la caja fuerte del local, "sin dejar de amenazarla".

Esgrime que la víctima no opuso resistencia al encontrarse tanto la empleada como sus dos hijos retenidos.

Según el escrito de calificación, tras regresar de nuevo al domicilio, dejaron a las dos personas adultas atadas.

El reconocimiento de la dueña de la joyería e imágenes de las cámaras de seguridad son algunas de las pruebas que aportará la fiscalía durante el juicio.

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